El Inter de Miami, copropiedad del inglés David Beckham, fue el primer club eliminado del torneo ‘MLS is Back’, al caer 1-0 ante el New York City FC, en un partido a puerta cerrada del Grupo A en Orlando, Florida, siendo esta su tercera derrota en la misma cantidad de presentaciones.
Esto hizo encender las alarmas del ex futbolista de la selección de Inglaterra que sabe que necesitará reforzarse para poder hacer al menos un papel digno en el certamen de los Estados Unidos que para esta temporada adoptó un formato diferente por la pandemia del coronavirus. Ahora, medios europeos señalan que tiene en carpeta a un ex futbolista del Barcelona.
Varias figuras como Edinson Cavani, Sergio Agüero, Frank Ribery y hasta Zlatan Ibrahimovic habían sonado para sumarse al equipo que está dando sus primeros pasos, pero finalmente ninguno cerró y los fichajes fueron en su gran mayoría jóvenes promesas de Sudamérica como los argentinos Julián Carranza y Jorge Figal o el colombiano Andrés Felipe Reyes, además de algunos hombres de experiencia de Norte y Centroamérica.
Según informó esta semana el sitio español Mundo Deportivo el delantero al que apunta Beckham es nada menos que Luis Suárez. El artillero del Barcelona es una de las grandes figuras del fútbol español y cuesta creer que su equipo piense en venderlo, pero el Inter de Miami parece no tener apuros.
En julio de 2021, el uruguayo de 33 años acabará su contrato con el cuadro azulgrana y quedará con el pase en su poder. Si bien desde la entidad catalana aspiran a acordar una extensión del vínculo, aún no ha habido anuncio oficial por lo que el equipo estadounidense se entusiasma con la posibilidad de firmar a Lucho como agente libre y así no pagar un solo dólar por su trasferencia.
La dirigencia del Barcelona y el futbolista esperarán al final de la Champions League para sentarse a conversar sobre números y sobre el futuro. Obviamente, un delantero de la categoría y la experiencia de Suárez resulta tentador para cualquier club con grandes ambiciones en Europa, pero Beckham sabe que en Estados Unidos puede darle la opción de convertirse en el líder de un joven vestuario con grandes ambiciones dentro de una liga mucho menos competitiva que las del Viejo Continente.
El 8 de agosto del Barcelona recibirá en el Camp Nou al Napoli por la revancha de los octavos de final de la Champions, luego de haber cosechado un empate 1 a 1 en Italia. En caso de salir victorioso viajará a Portugal para medirse en los cuartos de final ante el ganador de la llave entre el Bayern Múnich y Chelsea que tiene al cuadro germano 3 a 0 en ventaja a falta de 90 minutos que se disputarán en Alemania. Pero en caso de quedar eliminado, el elenco español cerrará una temporada sin trofeos, sin haber vencido al Real Madrid, con la posible despedida de su entrenador, Quique Setién, y con la necesidad de una renovación del plantel.
Todo este cóctel es el que se sirve la mente de Beckham para ilusionarse con el fichaje de Suárez. Pero hay un detalle en el contrato del uruguayo que preocupa al ex jugador del Manchester United. En su acuerdo actual hay una cláusula que especifica que si en la temporada 2020/21 participa de, al menos, el 60% de los partidos, entonces la renovación hasta 2022 debe realizarse en forma automática.
Si esto llega a cumplirse, las esperanzas del Inter de Miami se marchitarían, porque la opción de desembolsar decenas de millones de dólares para contratar al artillero uruguayo son imposibles, para un club que ha sido fundado hace apenas años y que no cuenta con los recursos económicos necesarios como para darse el lujo de semejante inversión.
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