Sin desestimar el factor aleatorio y los imponderables que pueden influir en el desarrollo del juego, el fútbol es un deporte interminable en las oportunidades de trabajo y aprendizaje. Todo se puede entrenar y la planificación tiene un papel cada vez más importante. En ese contexto, un futbolista se rige mucho por su formación pero jamás será un producto terminado, por más experimentado que sea y pese las enseñanzas que haya tenido a lo largo de su trayectoria. La construcción es constante, los conceptos son infinitos. Su carrera puede dar un giro radical con solo introducir nuevas herramientas a su juego, modificar su percepción de la táctica y la estrategia, o alimentar de tal o cual manera su creatividad y competitividad. Eso fue lo que Marcelo Bielsa hizo con Pablo Hernández, un jugador español de extensa carrera que se convirtió en el faro del Leeds United que consiguió volver a la Premier League tras 16 temporadas.
Antes de su desembarco en territorio inglés, Hernández hizo una carrera muy destacable, mayormente en España. Surgió de la cantera del Valencia CF, jugó también en el Getafe y Cádiz, y en 2012 emigró a Gales para jugar dos campeonatos en la Premier League con la camiseta del Swansea City, club con el que ganó la Copa de la Liga 2013. Después pasó algunas campañas en equipos del fútbol árabe –en Qatar y Emiratos Árabes– y desde allí regresó a su tierra natal para jugar cedido en el Rayo Vallecano, antes de ser prestado a un Leeds que iniciaba también su etapa bajo la gestión de su nuevo dueño, el empresario italiano Andrea Radrizzani. Llegaba con 31 años, siendo un jugador de talla internacional: había reemplazado al lesionado Andrés Iniesta en la selección española que jugó la Copa FIFA Confederaciones 2009 y disputó algunos minutos en las Eliminatorias al Mundial de Sudáfrica 2010, aunque luego no fue parte de la nómina de los campeones del mundo. De todas formas, supo tener un hueco en esa generación dorada del fútbol español.
Antes de Leeds, en el Rayo de Paco Jémez, era extremo pero no de esos dedicados a dar amplitud y ser verticales. No tenía un perfil definido, se desempeñó por izquierda y por derecha, pero sí era fijo en el juego por fuera aunque sin ser desequilibrante. Participaba al juego entre líneas, llegaba a gol e interpretaba de maravillas el sistema de permutas y pases de ese equipo que perdió la categoría pero con una marcada identidad futbolística. Esa había sido la posición más habitual en su carrera y la de su primera campaña en Inglaterra. Hernández comenzó jugando habitualmente de extremo derecho en el 4-2-3-1 de Paul Heckingbottom y de su antecesor Thomas Christiansen. Ambos entrenadores apelaban a su talento y el equipo contaba con él más como un regateador y creador de oportunidades en el último tercio.
Su cesión se hizo permanente y el proyecto del Leeds dio un golpe sobre la mesa al contratar al prestigioso estratega argentino, famoso por potenciar a sus pupilos como en Chile, Lille, Marsella y Bilbao. “Fue una grata sorpresa cuando el club decidió apostar por Marcelo y él por el Leeds. El fútbol cruza caminos y yo he tenido la suerte de encontrarme con Bielsa. Llegó a mi carrera con 33 años, que te crees que no tienes mucho más que aprender como futbolista ni progresar, y con Marcelo aprendes cada día. Me he hecho mejorar como jugador, jugando en una posición en la que no había jugado mucho, que es la de mediocentro ofensivo. Sin ir más lejos, la temporada pasada creo que fue la mejor de mi carrera”, dijo el propio Hernández en una entrevista con MARCA durante la pausa por el coronavirus.
Bielsa también empezó colocándolo por banda en su reconocido y dinámico 4-1-4-1 que se convierte en un 3-3-1-3 cuando tiene la posesión, Hernández fue el extremo derecho al iniciar su ciclo. Pero a partir de la segunda parte de la temporada pasada tuvo algunas apariciones por dentro y en esta campaña del ascenso, a partir de la Fecha 19 y por la sumatoria de algunos factores ajenos a su juego –como la irrupción de Helder Costa en el extremo diestro y las ausencias de Tyler Roberts–, definitivamente se estableció como mediocentro ofensivo, con una enorme influencia en ataque y en el control de los partidos. Pablo tomó un papel mucho más protagónico en el centro, con más contacto con el balón y siendo creador de oportunidades pero desde una óptica más colectiva.
“Es un jugador completo desde todos los puntos de vista que habitualmente son analizados. Pablo (Hernández) es un lector de las necesidades del equipo y le da solución a todos los problemas en todos los sectores del campo. Veo en él cosas que vi excepcionalmente a lo largo de mi carrera. Tal vez lo vi en jugadores que jugaban en otras posiciones, en el eje central del campo, pero nunca vi a alguien tener tanta influencia empezando desde un costado, incidiendo adelante, en el medio y atrás. Un verdadero líder silencioso, asume lo difícil y facilita la acción de los demás”, dijo Bielsa durante una conferencia de prensa en su primer mes en Inglaterra, quizás augurando la importancia que tomaría el jugador español en su esquema.
A sus 35 años recién cumplidos, con una merma de explosividad lógica por el paso del tiempo, Pablo Hernández ha revitalizado su carrera al encajar perfectamente en la filosofía bielsista desde su capacidad asociativa y su lectura del juego. Quizás resulte extraño que un jugador de avanzada edad sea tan importante un ecosistema de pura intensidad y dinamismo, pero que sus facultades de despliegue no sean las mismas que cuando era joven no quita que no pueda cumplir con su rol dentro del exigente trabajo defensivo, con esa presión tras pérdida voraz tan característica del DT argentino. Hernández siempre está bien ubicado y detecta como nadie los momentos propicios para presionar y recuperar el balón.
En el Championship 2018/19, cuando se les frustró el ascenso, tuvo una contribución con 12 goles y 12 asistencias en 39 partidos. Lógicamente esas cifras bajaron de este torneo –8 goles y 7 asistencias– con el cambio de posición, participa menos que el curso pasado en los goles del Leeds (de un gol cada 138 minutos pasó a uno cada 153) pero tiene mucho más ponderación que antes el desarrollo de los partidos y en la tenencia de la pelota. De todas formas, nobleza obliga, ninguno de los actuales jugadores de la segunda división de Inglaterra ha participado en más goles que él desde que juega en el Leeds: 33 goles y 36 asistencias en 149 partidos.
Tiene un talento natural para la distribución, es buen driblador y excelente con el balón en conducción, pero su gran aporte en el regreso del Leeds a la élite del fútbol inglés fueron los pases progresivos, esos que atraviesan líneas defensivas rivales. Es un experto en el manejo del tiempo y el espacio, más allá de que ahora ocupa carriles internos y zonas más congestionadas del campo, por eso juega un papel vital en la construcción del juego y las transiciones de defensa-ataque del Leeds. Generalmente recibe el balón muy atrás o incluso de espaldas pero sabe escanear su entorno antes de entrar en contacto con la pelota y luego lo ejecuta con buena efectividad. Si tiene fallos son parte del riesgo, pero su aporte ha sido cada vez más sólido.
Su cantidad de pases completados por partido aumentó de un promedio de 46.54 a uno de 52.03 de una temporada a otra, mejorando no solo en cuantitativamente sino también cualitativamente: ha pasado de un 74,72 a 76,64% de efectividad. Esas estadísticas explican también lo que muestra los mapas de calor, que cambian de una temporada a otra. Este torneo empezó a influir en más zonas del campo de juego.
Hernández no fue titular en ninguno de los partidos que el Leeds jugó desde la reanudación de la actividad tras la pausa por la pandemia de coronavirus, pero ha influido notablemente en el rendimiento del equipo cada vez que vio minutos. Por eso cuando Bielsa decidió mandarlo a la cancha en el entretiempo del partido ante Swansea City por la Fecha 43 del campeonato de segunda división, lógicamente buscaba soluciones. Y en el minuto 89, el futbolista español se vistió de héroe al convertir un gol fundamental para el ascenso, que se consumó en las últimas horas por la victoria ante el Barnsley y el traspié de West Bromwich. El tiempo dirá si seguirán juntos en la Premier League, pero a Marcelo y Pablo estas temporadas de aprendizaje mutuo les quedarán por siempre.
*Agradecimiento a Opta por los datos estadísticos y los gráficos. Más en @Optajavier.
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