Final del encuentro en Valdebebas, el Real Madrid superó al Villarreal y con este triunfo vuelve a consagrarse campeón de la Liga de España después de dos temporadas. Entre la efervescencia y sonrisas del plantel conducido por Zinedine Zidane hay una imagen que se repite, la más vista en estos últimos años gloriosos de la historia del Merengue: Sergio Ramos con los puños apretados, con la cinta en su brazo izquierdo y celebrando un nuevo título.
Para ser más precisos, de las 22 estrellas que el central tiene con su club, 13 fueron con la estampa de capitán: dos Ligas, dos Supercopas de España, tres Champions League, tres Supercopas de la UEFA y tres Mundiales de Clubes. Todos aquellos tuvieron el mismo desenlace, todas se celebraron de la misma forma, con el defensor recibiendo el trofeo y siendo el primero en levantarlo. Signo de un liderazgo ganador.
Claro que si bien el defensor ya tenía un lugar en la historia grande del Madrid, fue recién en 2015, cuando Iker Casillas decidió abandonar la institución, que el Jalapeño -apodo con el que se lo conoce en España- comenzó a transformarse en leyenda al convertirse en el capitán, el jefe y el caudillo más ganador del elenco blanco.
No es casualidad que, pese a tantos nombres como el de Cristiano Ronaldo, Karim Benzema o tantos otros, la hegemonía del Real Madrid haya empezado gracias a Sergio. Fue él quien, en la noche del 24 de mayo de 2014, apareció a los 93 minutos de juego para estampar con un cabezazo formidable el 1-1 frente al Atlético. Aquel resultado que llevó a su equipo al alargue y que culminó con un contundente 4-1 y la primera coronación de la seguidilla que vendría tiempo después: de ahí, ganarían 4 de las últimas 6 Orejonas.
Es así que, seis temporadas después y a sus 34 años, el sevillano volvió a guiar a sus compañeros a una nueva conquista. Con la suspensión de la temporada debido a la pandemia de coronavirus, el torneo debió pararse en marzo, al cabo de la 27ª jornada. Hasta allí y a falta de 11 fechas, el Barcelona marchaba como único puntero de la tabla, dos unidades por encima del Madrid. Sin embargo, desde la reactivación del certamen, el equipo de la capital no tuvo margen de error: diez victorias consecutivas con cinco goles de su líder, de los cuales tres sirvieron para quedarse con el triunfo.
Si se ahonda en las estadísticas, lo de Ramos es brutal. Es el segundo goleador del Real Madrid en la temporada con 12 goles (10 por Liga y 2 por Champions). Además, los hizo de todos los tipos: 7 de penal (escenario en el que no falla hace dos años), 3 de cabeza, 1 de tiro libre y 1 sumándose al ataque.
Dueño de un temperamento tan fuerte como sus potentes cabezazos, Ramos ostenta un marca que lo refleja a la perfección y que explica el por qué de la bronca que le tienen sus rivales. Es el jugador con mayor número de tarjetas (tanto amarillas como rojas) en la historia de su club, con 255; en la historia de la Liga de España (191), en la historia de la Liga de Campeones (48), en la historia de la selección española (25) y del Clásico ante el Blaugrana (23).
Aunque tal indisciplina parece no afectar su rendimiento ya que, según su propia página web, el zaguero cuenta con 629 presencias con la camiseta blanca en los que sumó 2.312 despejes (3,7 por partido), 2.724 recuperaciones (4,3), 450 remates al arco (0,7) y 89,7% de efectividad en los pases realizados. Números que muestran sus dotes como jugador total. Además, sólo hay tres futbolistas en España que llevan 15 temporadas seguidas anotando, ellos son Aritz Aduriz, Lionel Messi y Ramos, que cuenta con 120 gritos como profesional.
Con contrato hasta junio de 2021 y tras especular con un futuro fuera del Real Madrid, la historia marca que el lugar de Ramos va a ser muy difícil de suplir. Un jugador que, quizá, el Merengue jamás volverá a tener.
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