No fue el mejor partido de Lionel Messi. Tampoco el del Barcelona. En el Camp Nou, el Blaugrana se impuso por la mínima diferencia y condenó al Espanyol a jugar la próxima temporada en Segunda División.
Para algunos, el derby de Cataluña pasará a la historia como el que profundizó la crisis deportiva de Los Periquitos, pero para otros será un partido más de un torneo que se escapó en el reinicio de la actividad.
A pesar de la victoria, los de Quique Setién volvieron a dejar una pálida imagen por la producción desarrollada en el campo de juego. Incluso el resultado podría considerarse mentiroso, ya que las intervenciones constantes de Marc ter Stegen fueron fundamentales para evitar el papelón del Culé.
Más allá de lo que sucedió dentro de la cancha, el noble gesto que tuvo Lionel Messi para con Rufete acaparó la atención de las cámaras y los espectadores. El astro rosarino no dudó en consolar al entrenador que trabaja en sociedad con Abelardo y sufrió la pérdida de la categoría.
Un abrazo, una palmada en la espalda y unas palabras de aliento con el deseo de una pronta recuperación representaron la grandeza de Leo. El técnico de Benejúzar recibió el afecto del ídolo internacional y partió rumbo al vestuario para reunirse con sus jugadores.
El Espanyol, que cuenta entre sus filas con el Monito Vargas, el Chuky Ferreira y Jonathan Calleri, ha perdido en los últimos seis compromisos en forma consecutiva y sólo le ha ganado al Alavés desde que se reanudó la acción en España.
Con sólo 5 triunfos en sus 35 presentaciones (9 empates y 21 caídas completan el calendario), al combinado albiazul le restan tres encuentros para despedirse de una de las ligas más importantes del mundo (Eibar, Valencia y Celta de Vigo).
El Barcelona, en tanto, aguarda por el milagro, ya que depende de los tropiezos que pueda sufrir el Real Madrid para evitar la catastrófica definición que derivó en un conflicto interno que puso en duda la continuidad de Setién, y del propio Messi.
MÁS SOBRE ESTE TEMA