Con un empate, el tercero en los últimos cuatro partidos, esta vez 2-2 ante el Atlético de Madrid, el Barcelona complica sus aspiraciones al título, tras un partido en el que Lionel Messi volvió a ser figura y anotó el gol 700 de su carrera.
El equipo catalán, que podría ver cómo el Real Madrid se escapa a cuatro puntos si los blancos superan el jueves al Getafe, se adelantó en dos ocasiones, con un tanto en contra de Diego Costa y un penal transformado por el argentino, pero el Colchonero logró la igualdad con un doblete de Saúl Ñíguez, ambos desde los once metros.
El local salió a la cancha luego de varios días de conflictos entre el plantel y el cuerpo técnico que habían quedado expuestos en el empate 2 a 2 frente al Celta de Vigo del último sábado, cuando Messi primero ignoró y luego insultó a Eder Sarabia, asistente de Quique Setién. Los medios españoles informaron que tras ese cotejo hubo un careo entre los referentes del equipo y el entrenador que terminó de buena manera y ayudo a que cada uno manifieste su opinión.
Este martes sorprendió la suplencia de Antoine Griezmann, uno de las estrellas del plantel, pero que parece no adaptarse al club ni a sus compañeros. En su lugar estuvo el canterano Riqui Puig, uno de los favoritos de la afición, pero su ingreso obligó al director técnico a modificar su esquema de un 4-3-3 a un 4-4-2.
Sobre la situación del francés, quien encadenó la segunda suplencia consecutiva y entró al césped en el tiempo añadido, el preparador cántabro defendió la decisión. ”A Griezmann le veo bien. El problema es que no pueden jugar todos y hay que decidirse por algunos. Siempre piensas que en un momento determinado puede hacer algo. No lo he hecho antes porque estábamos jugando muy bien. A Suárez siempre hay que tratar de tenerle, a Messi también, porque no sabes nunca lo que va a pasar. No es fácil encontrarle sitio sin desestabilizar el equipo”, explicó en conferencia de prensa.
Diego Pablo Simeone también fue consultado por la falta de minutos del delantero galo, a quien él dirigió en el Atlético entre 2014 y 2019, pero fue contundente: “Sin palabras”.
La imagen que se viralizó en las redes y que expuso los evidentes conflictos existen en el vestuario catalán sucedió cuando el árbitro interrumpió el juego en la primera mitad para que los futbolistas se hidraten. De un lado, los dirigidos por el Cholo se unieron ene un círculo para afinar detalles del juego y darse confianza con el 1 a 1 en el marcador. Del otro, los 11 jugadores del Barcelona se mantuvieron dispersos, lejos del técnico quien no dio ninguna indicación grupal, más allá de algunas palmadas y algo de aliento.
Por su parte, Messi tuvo un gran partido y fue la figura del equipo azulgrana, no solo por haber marcado un tanto, el 700 de su carrera como profesional y el 630 con el Barcelona, sino también porque se mostró muy participativo en la elaboración de juego. Sin embargo, también se lo notó fastidioso.
El capitán realizó varios gestos de enojo en diferentes tramos en encuentro, aunque no fueron dirigidos a nadie en particular y podrían ser debido a la frustración que significaba no ganar de local. Vale recordar que al no haber sumado de a tres, el Real Madrid puede estirar la diferencia en la cima de la tabla de posiciones a cuatro puntos con cinco jornadas por disputarse.
Cuando se jugaban 15 minutos del complemento, la Pulga fue amonestado por haber cometido una falta, haber pateado el balón lejos del lugar y haber insultado al aire, hechos que evidencian el fastidio del goleador.
El Barcelona deberá ahora esperar que el Real Madrid no le gane el jueves al Getafe para poder seguir a uno o dos puntos de distancia con el cuadro merengue. El próximo compromiso de los de Setién, quien se fue conforme con la actuación de sus dirigidos aunque insatisfecho por el resultado según manifestó en la rueda de prensa, será el domingo frente al Villarreal, en condición de visitante.
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