Mientras el deporte estuvo detenido a nivel mundial por la pandemia de coronovirus ya se comenzó a especular con el impacto económico que tendría en los clubes. Y pese a que el fútbol ya volvió en Inglaterra, los coletazos del COVID-19 empezaron a aparecer: el Wigan Athletic, famoso club inglés –donde jugaron latinos como Maynor Figueroa, Mauro Boselli, Jean Beausejour, Antonio Valencia, Hugo Rodallega, entre otros– se declaró en bancarrota.
Este equipo que actualmente milita en el Championship (segunda división), pero que supo jugar varios años en al Premier League y fue campeón de la FA Cup en la temporada 2012/13, se ha declarado en quiebra y ha nombrado tres administradores –Paul Stanley, Gerald Krasner y Dean Watson– para intentar salvar la situación del equipo, que además podría enfrentarse a reducción de 12 puntos por parte de la liga.
“Obviamente la suspensión de la temporada del Championship durante tres meses ha tenido un impacto importante en lo que ha ocurrido en el club”, apuntó Krasner, quien fuera presidente del Leeds United. Su objetivo será asegurar que el club complete todos los partidos de esta temporada y “urgentemente” encontrar opciones para salvar los empleos de la gente que trabaja en el club.
Actualmente, el Wigan se ubica en el puesto 14 de la clasificación con 50 puntos. Está a ocho unidades de la zona de descenso cuando todavía quedan 24 en juego. Si llega a perder la categoría, la sanción se aplicará al comienzo de su campaña de la League One en 2020/21, pero si sus resultados son lo suficientemente buenos como para mantenerse en el Championship, se aplicarán al cierre de este torneo. Han ganado los tres partidos desde la reanudación de la competición y tienen posibilidades de lograr la permanencia.
En los últimos años, The Latics han pasado por una montaña rusa de éxitos y fracasos. Su gran hito fue ganar esa FA Cup en 2013, en los años de mandato de Dave Whelan, el propietario que los llevó desde la League Two (cuarta división) hasta la Premier League. Pero Whelan vendió el equipo en noviembre de 2018 a una corporación con base en Hong Kong y esa temporada el club consiguió volver a la segunda división.
Muchos clubes del Championship atraviesan problemas económicos por los altos contratos de sus jugadores y la falta de ingresos de taquilla por los partidos a puerta cerrada. A diferencia de la Premier League, no pueden confiar en los jugosos acuerdos de derechos televisivos para mitigar este golpe financiero.
El Wigan Athletic, orgullo de su ciudad desde 1932, registró una pérdida neta de £ 9,2 millones (USD 11,4 millones) en sus cuentas anuales más recientes, en el ejercicio que finalizó el 30 de junio de 2019. En fines de mayo de este año, la firma International Entertainment Corporation (IEC) le cedió su propiedad al Next Leader Fund, alegando en una carta para los fanáticos que “el COVID-19 ha creado más incertidumbre sobre la posición financiera de la EFL (English Football League) y el negocio del fútbol en general”.
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