Andrej Kramaric tuvo una tarde que seguramente será difícil de olvidar en el partido en el que su equipo, el Hoffenheim, enfrentó por la última fecha de la Bundesliga al Borussia Dortmund. El croata fue el autor de los cuatro goles con los que el elenco visitante se impuso por un contundente 4-0 para cerrar el certamen con una gran sonrisa.
El atacante opacó a la figura de Erling Haaland, que estuvo lejos de su mejor versión. Sin embargo, no todas fueron buenas, ya que quedó en el ojo de la tormenta por el modo en el que pateó el penal con el que convirtió el último tanto del partido y de su cuenta personal. Kramaric ejecutó el disparo mirando hacia un costado, como burlando a sus rivales, algo que generó enojo entre los futbolistas del Borussia Dortmund.
El croata abrió la cuenta para su equipo a los ocho minutos del primer tiempo con un estupendo remate de media distancia al ángulo. Sobre los 30′ llegó el segundo, al empujar una pelota que le quedó en el área chica. La goleada se consolidó a los tres minutos de la etapa complementaria cuando Kramaric enganchó ante un defensor y definió por lo bajo para sellar el 3-0.
Cinco minutos después llegó la polémica. En primer lugar, porque el árbitro cobró un penal para el Hoffenheim y los futbolistas del equipo local consideraron que no había existido falta de Mats Hummels ante el israelí Moanes Dabour. Luego, por la forma en la que Kramaric se hizo cargo de la falta: acomodó la pelota, tomó carrera y, al momento de ejecutar, miró hacia otro lado. Así transformó la pena máxima en gol y, al mismo tiempo, generó una ola de críticas hacia su actitud “sobradora”.
Más allá de este episodio, el triunfo le permitió al Hoffenheim terminar la temporada en el sexto puesto de la Bundesliga y conseguir uno de los boletos a la próxima Europa League. Borussia Dortmund, por su parte, cerró la campaña con una dura caída y finalizó el certamen en el segundo puesto, 13 puntos por detrás del Bayern Munich que ya se había consagrado campeón hace algunas fechas.
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