El partido del Barcelona ante el Sevilla significaba para Lionel Messi la gran oportunidad de alcanzar los 700 goles en su carrera como profesional. Con 699 conquistas en su haber -entre su club y la selección argentina- La Pulga afrontaba el partido con la ilusión de lograr una nueva marca personal histórica.
El comienzo del partido no encontró bien para al conjunto catalán. Sin embargo, con el correr de los minutos, el equipo de Quique Setién comenzó a tomar cierto predominio en las acciones, sobre todo a partir de las combinaciones entre Messi y Luis Suárez en la vuelta del uruguayo a la titularidad ya repuesto de una lesión.
En esta ocasión, las mejores chances para el rosarino llegaron a partir de la pelota parada. Una vez más, La Pulga fue el encargado de los tiros libres y esa fue la modalidad con la que logró llevar mayor peligro al arco del Sevilla.
A los 20 minutos del primer tiempo, Messi ejecutó un tiro libre al ángulo superior derecho que el defensor Jules Kounde sacó con un cabezazo sobre la línea cuando el arquero Tomas Vaclik se había quedado corto en la volada. Unos minutos después, el rosarino volvió a intentar de pelota parada, pero su remate no tuvo tanta precisión y el guardametas del Sevilla controló sin problemas.
Ya en la segunda parte, el capitán de Barcelona volvió a tener una de las oportunidades más claras para su equipo. A los 27′ contó con un nuevo tiro libre y sacó un muy buen disparo, pero Vaclik ganó una vez más el duelo al sacar la pelota por encima del travesaño.
Fue así como Messi se quedó sin anotar en un partido por primera vez desde la reanudación de la Liga española tras la interrupción por la pandemia de coronavirus. Previamente, le había marcado un tanto al Mallorca y otro al Leganés. El rosarino espera poder ingresar en el selecto “Grupo de los 7″ (integrado por los futbolistas que han anotado más de 700 tantos en su carrera) en la próxima fecha ante Athletic Bilbao.
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