Luego del triunfo del Alavés ante la Real Sociedad en el País Vasco, el Real Madrid y el Valencia le dieron continuidad a La Liga de España en el modesto (pero coqueto) estadio Alfredo Di Stéfano.
El objetivo del Merengue era claro: ganar para acercarse al Barcelona y esperar un resultado adverso del elenco catalán ante el Sevilla que le permita soñar en la lucha por el título. Pero los de Celades también llegaron a la capital ibérica con la misión de sumar para mantener la esperanza de adquirir una de las plazas a las competiciones internacionales de la próxima temporada.
Un gol de Rodrigo Moreno ante la distraída defensa madridista paralizó los corazones de la potencia europea. Sin embargo, la polémica intervención del VAR anuló la acción por una presunta posición adelantada y mantuvo el resultado en blanco. De a poco el equipo Che mostraba su superioridad y un remate del brasileño con pasado en el Benfica contra el poste confirmó la tendencia del duelo. Los de Zidane dependían de la individualidad de sus intérpretes. El entrenador francés tenía mucho por corregir en el descanso.
En el complemento cambió la esencia del pleito. Lejos de aquellas incursiones solitarias de Carvajal, con más potencia que claridad, el Real Madrid comenzó a asociar el circuito ofensivo a través de la calidad de Hazard, la visión de Modric y los movimientos inesperados de Sergio Ramos.
La presión de Valverde en la mitad de la cancha se presentaba como un recurso fundamental en la recuperación rápida ante un Valencia que se fue desinflando con el paso del tiempo.
Así, una notable recuperación del defensor sevillano ante un intento de Kevin Gameiro se transformó en el tanto que le permitió celebrar a la Casa Blanca. La triangulación entre la figura belga, la estrella croata y el punzante goleador francés, conformaron la escena que concluyó con la exquisita definición de Karim Benzema: 1 a 0.
El momento más emotivo se dio cuando Marco Asensio volvió a la actividad, tras superar una dura lesión. En la primera pelota que tocó, el mallorquín capitalizó un preciso centro de Mendy y dejó sin posibilidades a Cillessen. La euforia que despertó su grito se basó en la recuperación que vivió en los últimos meses. Con el 2 a 0 ya estaba todo liquidado en Madrid.
Si algo le faltaba a la extraordinaria reacción que demostró el Merengue fue la obra de arte que improvisó Benzema. El artillero dalo recibió de Asencio y con un dominio pocas veces visto, se sacó de encima a sus marcas y resolvió con un golazo que se durmió en el ángulo. Una pintura para bajar la persiana. Sobre todo después de la expulsión de Lee Kang In, quien se abusó en la marca contra Ramos al impactarle tres patadas consecutivas.
Con el triunfo, el Merengue volvió a ubicarse a dos unidades del Barcelona, que mañana abrirá la jornada 30 ante el Sevilla en el complicado Ramón Sánchez Pizjuán. La Liga todavía está abierta.
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