En los últimos años, la tecnología ha avanzado en el arbitraje del fútbol con la implementación del VAR en muchos certámenes y del sistema popularmente conocido como “Ojo de Halcón”. En la Premier League, el árbitro puede apoyarse en cualquiera de estas dos herramientas para tomar una decisión, pero como siempre sostiene la FIFA, el juez es la máxima autoridad del campo de juego.
Este martes en el duelo entre el Aston Villa y el Sheffield United, que marcó el regreso del certamen inglés tras más de dos meses de parate por la pandemia del coronavirus, sucedió algo inédito que debe servir como advertencia para los árbitros. La tecnología falló de manea grosera y perjudico claramente a uno de los dos equipos.
Cerca del final de la primera mitad, el arquero del cuadro local, Nyland, saltó para atrapar un centro al área que parecía tener destino de gol. Al caer con la pelota dominada, chocó con uno de sus compañeros y retrocedió involuntariamente unos pasos hasta cruzar la línea de cal y quedar adentro de su propia valla. Para evitar que el balón ingresara, intentó luchar contra su propia caída, mientras sostenía el balón, por lo que quedó con una rodilla en el suelo y atrapado en la red de costado. No había dudas, la pelota había entrado, era gol del Sheffield United.
Sin embargo, el árbitro Michael Oliver dejó que la acción continuara y no convalidó el tanto, explicando con gestos que el aparato que tiene en su muñeca no vibró, por lo que según la tecnología la pelota no había cruzado la línea.
Los relatores de la cadena ESPN que transmitían el partido se sorprendieron al ver que el marcador seguía cero a cero e incluso por un momento creyeron que sus ojos los habían engañado. Pero la repetición televisiva no dejó dudas, Orjan Nyland había caído adentro de su propio arco con la pelota en su poder y debió haberse cobrado gol.
Lo llamativo es que no sólo el “Ojo de Halcón” falló, sino que el VAR, que tiene acceso a todas las cámaras de transmisión, no le avisó al árbitro que estaba cometiendo un error garrafal.
Inmediatamente las redes sociales se llenaron de comentarios sobre lo sucedido y se abrió el debate sobre si los jueces han perdido autoridad en el terreno de juego. ¿Acaso la tecnología les ha usurpado el puesto? ¿Por qué Oliver no quiso revisar la acción ante las protestas y optó por confiar en el aparato que llevaba en su muñeca? ¿Por qué los árbitros del VAR no intervinieron?.
Lo cierto es que aún se desconoce qué fue lo que falló en el sistema y se espera una pronta aclaración de las autoridades porque la tecnología llegó para que el fútbol sea más justo y sus errores provocan exactamente lo contrario.
La secuencia en imágenes
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