Ya en Europa hace tiempo que las estructuras de los clubes han cambiado, la industria del fútbol y sus grandes movimientos de dinero han llevado inevitablemente a profesionalizar los roles de los despachos. El concepto de entidad deportiva ha evolucionado y también ha cambiado su dinámica, que ahora es mucho más afín a lo empresarial que a lo atlético. En la Bundesliga, el primer campeonato que retomó su actividad en plena pandemia, hay un español que se mezcla entre los dirigentes germanos: Fernando Carro, CEO del Bayer 04 Leverkusen, equipo famoso en Latinoamérica por haber recibido a varios argentinos y chilenos. En el pasado fueron Diego Placente y Arturo Vidal, ahora son Lucas Alario, Exequiel Palacios y Charles Aránguiz. También por allí pasaron los mexicanos ‘Chicharito’ Hernández y Andrés Guardado.
Carro es oriundo de Barcelona, fanático culé desde pequeño. Se graduó de Ingeniero Industrial en la Universidad de Karlsruhe y trabajó muchos años –en distintos cargos directivos– en la multinacional Bertelsmann AG, una de las mayores empresas de medios de comunicación del mundo.
Hasta que en julio de 2018 llegó a uno de los grandes clubes del fútbol germano, por lo que ya no piensa en el Camp Nou. “El Bayer en lugar del Barça“, es su nuevo lema, según el sitio web del club. Está por encima de todo el organigrama, tiene bajo su ala a famosos ex futbolistas como Simon Rolfes o el campeón mundial Rudi Völler. También es el representante del fútbol alemán en el Comité de Competiciones de Clubes de la UEFA, un cargo consensuado en un país que él percibe como culturalmente proclive al consenso y al “trabajo en equipo”.
En un diálogo a solas con Infobae, Fernando Carro explica cómo se trabajan los aspectos empresariales en el fútbol de Alemania y por qué es tan difícil conseguir esa armonía en otras culturas. Habla sobre el presente de sus latinos y el futuro de Kai Harvertz, además de la identidad creada por Peter Bosz y la final de la Copa Alemana ante el FC Bayern München del próximo 5 de julio.
— ¿Qué balance hace hasta el momento del regreso de la Bundesliga en plena pandemia?
— De momento podemos estar contentos porque hemos podido jugar todos los partidos sin ningún tipo de problema, tanto nosotros como todos los demás, menos el Dynamo Dresden de la segunda división. Fue el único que tuvo que hacer dos semanas de cuarentena. El resto ha podido jugar, por lo cual estamos satisfechos y contentos, incluso con los resultados para nosotros. Podríamos haber ganado algún que otro partido, como ante VfL Wolfsburg, pero estamos satisfechos de poder estar disputando los puestos de clasificación a la UEFA Champions League en el campo.
— En Alemania no hubo ningún conflicto, incluso su club impulsó un fondo solidario para otros clubes… ¿Cómo explica la armonía en la estructura de la liga alemana?
— Antes que nada hay que explicar la cultura y la sociedad alemana, que entiende siempre del trabajo en equipo, aunque se tengan posiciones distintas como puede haber en el comité de una empresa. Siempre buscan tirar en una misma dirección y esa cultura alemana también se traslada al fútbol, se intenta trabajar conjuntamente cuando hay un desafío común. En este caso el desafío era el coronavirus, era un desafío que teníamos todos los clubes en el fútbol alemán. Por eso todo es más fácil que en alguna otra cultura más latina. Yo soy español y es indudablemente más difícil en culturas como la nuestra que todos tiren del carro para el mismo lado, pero en Alemania es parte de la idiosincrasia.
— ¿Por qué no hay un Lionel Messi o un Cristiano Ronaldo jugando en Alemania?
— Creo que hay que tener en cuenta que aquí no hay muchas ciudades grandes, no hay una Barcelona o Madrid, tampoco una Buenos Aires, San Pablo o Río. Si bien tienes Berlín o Múnich, en general es una sociedad donde vale más el primus inter pares. Quizás tampoco se quiere forzar demasiado a figuras individuales sino ir más por lo colectivo. Y aparte tampoco se quiere arriesgar mucho en el sentido de pagar muchísimo dinero por solamente un jugador, nadie está dispuesto a asumir costes extraordinarios de un solo jugador. La idea general es tener una gran plantilla, pagar bien a todos, pero no dar tanto solamente a uno.
— ¿Cuánto influye en esto la “Regla 50+1”, que mantiene la mayoría de las acciones del club en manos de los socios y con ello el poder en las decisiones?
— Más bien el “50+1” es una demostración de que el fútbol alemán no quiere depender de inversores foráneos, que vengan de afuera. Indudablemente eso tiene que ver con una planificación financiera cuidadosa, sin grandes riesgos, pero creo que no tener un Messi o un Cristiano Ronaldo no es por el “50+1”. Es quizá por lo mismo por lo que hay un “50+1”.
— ¿Por qué cree que en Sudamérica cuesta tanto la profesionalización en la gestión de clubes?
— No conozco suficientemente bien cómo es el panorama en Latinoamérica, pero si lo comparo con España, que es un terreno que conozco mejor, creo que puede haber dos pasos. En el paso de profesionalizar las estructuras que se ha dado en España, y seguro pasará lo mismo en América Latina, los presidentes siguen siendo todavía muy importantes, más importantes que aquí en Alemania. Por ejemplo yo soy el CEO, el director ejecutivo, pero los latinos me llaman “presi”. Acá en la Bundesliga no existe ese presidente que tiene otro trabajo o que tiene su empresa y que cumple con un trabajo no remunerado, que tampoco es full time. Aquí en Alemania los ejecutivos son los que mandan y los que trabajan día a día, eso será muy difícil de cambiar en otros países. Cuando tenemos comidas por la Champions League con otros equipos, suelen estar los ejecutivos del Bayer Leverkusen y los no ejecutivos del otro club.
— Hablando de los latinos, en Leverkusen hay una gran tradición y actualmente hay varios de ellos… ¿Qué herramientas les brindan para su integración a una cultura y un fútbol tan particular como el de Alemania?
— Quizás deberías preguntarles a ellos, pero tenemos un departamento de integración con varias personas que se ocupan de ellos y sus familias, de conseguirles un departamento para vivir, de los coches, e intentar hacerles la vida fácil con todo el papeleo que hay en Alemania. Les resuelven cuestiones de bancos e impuestos, los apoyan en todo lo que hay alrededor de su vida personal. Eso es lo que intentamos ofrecerles, no solamente a los jugadores latinos, es para cualquier futbolista extranjero que venga al Bayer Leverkusen. Actualmente el grupo latino es el más numeroso, porque tenemos cinco jugadores latinos aquí y generalmente son ayudados por una persona del equipo de integración que es mitad chileno y mitad alemán, habla bien español. Teníamos anteriormente a uno que hablaba muy bien portugués. Hemos tenido grandes jugadores de Latinoamérica en este club y espero que los sigamos teniendo en un futuro porque tienen gran calidad y son muy competitivos, por eso siempre apuntamos a esos mercados.
— Además de la calidad técnica y la competitividad, ¿qué otros atributos son su prioridad al momento de reclutar jugadores?
— Principalmente tienen que ser personas con sentido común, que se integren en una cultura distinta como es la alemana, que estén dispuestos a aprender y que estén abiertos para entrar en este ambiente. Intentamos que se sientan en casa, que estén cómodos y los ayudamos en todo lo que podemos para que tengan un ambiente profesional que les permita entrenar y rendir en el campo. Eso es lo importante porque tenemos objetivos por cumplir en el campo, por lo cual intentamos que solo tengan que centrarse en eso. Nosotros nos ocupamos bien de todo el resto.
— ¿Qué tan importante es tener un jugador como Charles Aránguiz en la estructura? ¿Podría ser embajador del club en un futuro?
— Bueno, Charles el otro día en Saarbrücken jugó con el brazalete de capitán, eso demuestra la importancia que tiene para nuestro vestuario. Es una persona que tiene las ideas muy claras, sabe cómo hay que jugar en el campo, cómo hay que rendir. Lleva seis años con nosotros y ha renovado por tres años más, estamos muy contentos de tenerlo. Ya sea con el entrenador anterior, con el entrenador actual o con todos los entrenadores que tuvo aquí, si no estaba lesionado siempre ha jugado todos los partidos y a un altísimo nivel. Indudablemente puede ser embajador nuestro en un futuro, pero por ahora va a estar jugando los próximos años.
— ¿Cómo evalúa el presente de Lucas Alario, considerando que tiene menos minutos de los que quizá merece y siendo convocado a la Selección Argentina?
— Lucas Alario es una persona muy querida en el vestuario y siempre que juega demuestra por qué tiene que jugar. Es un gran jugador, siempre mete goles, está en la Selección Argentina y estamos muy contentos de tenerlo aquí. Ha jugados muy bien en los últimos partidos. Siempre rinde, esperemos que esté muchos años con nosotros. Ha habido fases que ha jugado menos pero por lo general podemos decir que es uno de los jugadores básicos del equipo, el año pasado, cuando tuvimos que clasificarnos para la Champions League, jugó los últimos partidos y metió cinco o seis goles que nos permitieron lograr ese objetivo. Demuestra siempre lo gran jugador que es y además está bien integrado en el grupo, con lo cual espero que siga aquí y en la Selección Argentina porque es un grandísimo jugador.
— ¿Y cómo ve a Exequiel Palacios?
— Acaba de llegar, tuvo la pena de que llegó con unas tarjetas rojas y no pudo jugar por tres partidos al principio. Justo había otros jugadores lesionados y hubiese podido jugar más partidos. Pero a pesar de eso ha tenido minutos, por ejemplo esta semana jugó la última media hora en Saarbrücken. Nuestro entrenador dice que indudablemente hacen falta unos meses para que se adapte al fútbol alemán, que es muy rápido, y también a nuestro equipo. Tenemos grandes jugadores en el mediocampo, con lo cual creo que Palacios es muy importante para nuestro futuro y ahora no lo va a tener fácil jugar todos los partidos, pero la idea de traerlo en el mercado invernal era que puede usar este tiempo para acoplarse. Lo ideal es que un jugador rinda 100% desde el principio, pero él también tuvo algunas lesiones en la espalda y la tarjeta roja. Ya va a tener sus minutos, es un jugador de gran calidad. Es muy bueno, sino no lo hubiéramos traído.
— Kai Havertz es considerado el jugador alemán con más futuro y es codiciado por toda Europa… ¿Cómo se controla ese fenómeno?
— Kai ya lleva 10 años con nosotros, es un jugador que está completamente integrado y abocado al club, pero él quiere dar un gran paso. Todos los grandes clubes de Europa están detrás de él y para nosotros al final lo que el jugador quiera es lo importante. Nos gustaría por supuesto que siga jugando aquí. Es una persona muy disciplinada, joven, pero con la cabeza amueblada. Estamos abiertos a ver lo que pasará en el futuro, nadie lo sabe. Por el momento está concentrado en la temporada con nosotros a tope. Ha estado lesionado los últimos dos partidos pero esperamos tenerlo para las últimas fechas.
— ¿Por qué contrató a Peter Bosz pese a su mal paso por el Borussia Dortmund y cuán importante es para el Leverkusen el desarrollo de su estilo de juego?
— Nosotros tenemos como director deportivo a Simon Rolfes, aparte de Rudi Völler como director general deportivo. Rolfes jugó 10 años en este club, fue capitán muchos años y Völler es conocido en todo el mundo. Tenemos una filosofía de juego ofensiva y creíamos que la manera de ver el fútbol de Peter Bosz, además de su carácter y su liderazgo, era lo que buscábamos. Nos reunimos con él varias veces antes de contratarlo, e incluso ya habíamos querido contratarlo antes de que lo fichara el Borussia Dortmund, pero no pudo ser. Era un entrenador que teníamos en nuestra mirada, por lo que cuando se presentó la oportunidad, la aprovechamos. Esperamos que esté muchos años más con nosotros.
— ¿Cómo considera que lleva la competencia doméstica con Bayern Múnich y Borussia Dortmund?
— Nuestro objetivo no es solamente estar a la altura, sino también algún año poder ganar la Bundesliga. Por el momento solo podemos apuntar a la final de la Copa de Alemania que jugaremos ante el Bayern Múnich, a quien de los últimos tres partidos le hemos ganado dos y perdido uno. Si se juega la final hay que ganarla. Es un partido muy importante para el club, que solamente tiene cuatro finales de Copa en su historia. Hemos ganado una y queremos volver a hacerlo después de 27 años. Las últimos dos, en 2001 y 2009, las perdimos. Pero es importante estar en la final y aún más intentar ganarla.
— ¿Qué mensaje cree que quedará en la Bundesliga y en el fútbol mundial con la pandemia?
— Que somos una liga muy fuerte, muy competente, muy profesional, con grandes equipos, grandes jugadores, donde se hacen las cosas bien y que vale la pena seguir. Hay un excelente nivel de fútbol, vale la pena que nos sigan en otros países.
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