El 19 de mayo de 2012 el Chelsea se consagró pro primera vez en su historia como campeón de la Champions League, el torneo más preciado de Europa y que se había vuelto una obsesión para el cuadro londinense, sobre todo después de la compra del magnate ruso Román Abramóvich. Pero paradójicamente, aquella temporada en la que logró la gloria, el equipo azul ni siquiera imaginaba poder alzarse con el trofeo, y así lo manifestó el propio Didier Drogba.
Es que el conjunto británico sufrió el despido de su entrenador André Villas-Boas a principios de marzo, cuando restaban solo 10 días para el partido correspondiente a la vuelta de los octavos de final, y tenía que remontar un 1-3 que había sufrido ante el Napoli en Italia. En su lugar, asumió su ayudante Roberto Di Matteo.
El ex futbolista recordó en Twitter aquel certamen que lo consagró como un ídolo de Stamford Bridge: “Hace ocho años, el entrenador había sido despedido y nosotros, los jugadores, tuvimos una reunión de equipo en la que reconocimos haber sido en parte responsables de su marcha”.
“El capitán, John Terry, habló, así como otros líderes como Frank Lampard o Petr Cech. Decidimos darlo todo en esta competición a pesar de la derrota contra el Napoli. Habíamos intentado ganar este trofeo, pero durante ocho años no habíamos pasado de subcampeones. Todo el mundo acordó poner los egos a un lado y centrarnos en el mismo objetivo”.
El plantel estaba repleto de futbolistas que venían acumulando frustraciones a nivel continental y el delantero entendió que necesitaba la mentalidad de jóvenes que no hayan sufrido eliminaciones con el Chelsea para poder revertir la historia: “Después de esa reunión le dije al joven Mata de 23 años ‘Por favor, maestro, me tienes que ayudar a ganar esto’. Él me miró y me dijo ‘Estás loco. Tú eres Didier Drogba. Tú vas a ayudarme a ganarlo’. Entonces le dije ‘He estado aquí durante ocho años y nunca he ganado, así que creo que tú eres uno de esos que me va a ayudar a ganarlo. Incluso te compraré un regalo si ganamos’. Eso fue por febrero”.
El Chelsea no solo remontó la serie al ganar 4-1 en Stamford Bridge, sino en cuartos de final eliminó al Benfica (3-1) y en semifinales al Barcelona de Pep Guardiola al ganar 1-0 de local y empatar 2-2 en Cataluña. Aquella llave ante el cuadro culé fue recordada por Lampard en una entrevista hace algunos días, quien admitió que cuando iban perdiendo 1 a 0 y tras la expulsión de John Terry, creyó que quedarían eliminados.
Pero el Chelsea se recuperó y llegó a la instancia final para enfrentarse ante el Bayern Múnich: “Tres meses después, estábamos en Múnich, en la final, en su estadio, sumergidos en una oleada roja. Los locales se adelantaron a ocho minutos del final y mientras me disponía a sacar, desanimado, durante los últimos ocho minutos, el joven Mata me dijo ‘Cree Didi, tienes que creer’. Casi llorando, le respondí mirando al marcador '¿Creer en qué? Casi ha terminado. Iba a llorar como unos meses antes cuando perdí la final con Costa de Marfil".
Pero cuando el cronómetro indicaba que quedaban escasos segundos para el final y el marcador estaba 1 a 0 para el cuadro alemán, llegó lo impensado. “Último minuto, último saque de esquina. El primero para nosotros después de 18 para el Bayern Munich. Adivinen quien pateó ese córner... Juan Mata. Y el resto es historia”. El centro encontró al marfileño en el primer palo y de cabeza estableció el 1-1 que perduró en el alargue y llevó al desenlace en los penales. En esa instancia, Mata falló en su turno, pero como Ivica Olić y Bastian Schweinsteiger no pudieron convertir, el Chelsea se consagró campeón. "La lección es que siempre hay que creer”, concluyó Drogba.
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