Sus pergaminos como entrenador son tan reconocidos como su polémica conducta ante las cámaras y a la hora de declarar. Es así que José Mourinho le hizo honor a su reputación y llamó la atención del mundo del fútbol al confesar quién fue el mejor jugador que vio dentro de un campo de juego.
Entrevistado por el medio LiveScore, mientras cumple con el aislamiento social obligatorio en Londres, Reino Unido, Mou no dudó en dar su opinión cuando se pidió que nombrara al mejor futbolista contemporáneo: “Ronaldo, El Fenómeno. Cristiano Ronaldo y Leo Messi han tenido carreras más largas, se han mantenido en la cima todos los días durante 15 años. Sin embargo, si estamos hablando estrictamente de talento y habilidad, nadie supera a Ronaldo”.
De esta manera, para el actual DT del Tottenham el brasileño fue superior a la Pulga y CR7. Claro que el portugués de 57 años justificó su respuesta. “Cuando estaba en Barcelona con Bobby Robson, me di cuenta de que era el mejor jugador que había visto en el campo. Las lesiones mataron una carrera que podría haber sido aún más increíble, pero el talento que tenía ese muchacho de 19 años era algo increíble”, reconoció acerca de la primera vez que se encontró con el talento de R9 delante de sus ojos.
Mou incursionó en el mundo de la dirección técnica de la mano del inglés en 1992, cuando formó parte de su cuerpo técnico en el Sporting Lisboa. Luego, acompañó a Robson en su paso por el Blaugrana en la temporada 1996/97, mismo tiempo en el que el Fenómeno vistió la camiseta culé. Fue allí que compartieron plantel por única vez y cuando el luso quedó deslumbrado con las maravillas del nacido en Río de Janeiro. Fue precisamente a fines de ese año que Ronaldo terminó consiguiendo su primera Balón de Oro.
Sin lugar en el Barça, Ronaldo Nazario pasó al Inter de Milán, club en el que demostró sus cualidades con el balón hasta que en 1999 sufrió una dura lesión en la rodilla derecha de la que se resintió tiempo después. Apenas pudo disputar 24 partidos en tres temporadas pero se recuperó y volvió contra todos los pronósticos que indicaban que no podría jugar más al fútbol. Entre algodones, consiguió disputar el Mundial de 2002, del que salió campeón con Brasil, siendo el goleador del torneo y cerrando el año con un nuevo Balón de Oro.
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