A los 35 años, y después de 16 años de carrera, Cristiano Ronaldo se mantiene vigente como uno de los mejores jugadores de fútbol del mundo. Gracias a su trabajo incansable para perfeccionar su técnica y a su deseo competitivo, el delantero portugués que dio sus primeros pasos en el Sporting Lisboa se transformó en una figura de relevancia internacional que sobrepasó las propias barreras de su deporte.
Desde sus comienzos en el fútbol luso hasta estos días, el paso del tiempo transformó a Cristiano en un futbolista colectivo, lejos del delantero individualista que aceleró en el comienzo de su carrera. Y su paso por el Manchester United, uno de los clubes más reconocidos en el mundo, fue decisivo para que el portugués comprendiera lo necesario de jugar en equipo.
En el verano europeo de 2003, el Sporting y los Diablos Rojos jugador un amistoso en el que CR7 deslumbró a Sir Alex Ferguson, el por entonces entrenador del United. Rápidamente, el histórico DT hizo su trabajo y aconsejó a los directivos del club inglés para que se aseguren la contratación del joven maravilla. Una vez que el delantero desembarcó en Inglaterra, deslumbró por su forma de ser y de querer aprender.
“Rápidamente destacó, era como una esponja. Siempre quería más y te desafiaba”, recordó Mike Phelan al medio The Coaching Manual. ¿Quién es el hombre que conoce la historia del paso de Cristiano por el Manchester United? Uno de los asistentes de mayor confianza de Ferguson en su época como entrenador del equipo, y que hoy se sumó nuevamente al trabajo en ese rol junto al actual director técnico, el noruego Ole Gunnar Solskjaer.
Con 18 años, Ronaldo llegó para reemplazar a David Beckham. Ferguson le dio toda la confianza: le regaló la dorsal número 7 que había dejado el ídolo inglés y lo convirtió en una pieza clave del equipo, pero también fue clave en la metamorfosis futbolística del goleador. “Tuvimos que intentar que Cristiano fuera un jugador de equipo y lo conseguimos. Había ciertas cosas que no le gustaba hacer en los entrenamientos y lo obligamos”, contó Phelan.
Durante seis temporadas -de 2003 a 2009- en el United, la carrera de CR7 dio un salto cualitativo. En casi 300 partidos con los Diablos Rojos, el portugués marcó 118 goles y conoció lo que es ser parte de un conjunto ganador: levantó 10 títulos en el equipo inglés, entre ellos tres campeonatos de la Premier League y la Champions League en 2008. A nivel individual, en Manchester fue el lugar donde su nombre apareció por primera vez en el premio Balón de Oro al mejor futbolista del mundo.
Tras su paso exitoso por Inglaterra, el destino condujo a Cristiano al Real Madrid, el lugar donde daría el salto definitivo para convertirse en una estrella. “Lo veíamos jugar en el Madrid y había ciertas cosas que había heredado del United. Consiguió trasladar algunos aspectos a los más alto en la escalera de la excelencia y eso es una gran satisfacción”, dijo Phelan.
El ayudante de Ferguson fue uno de los artífices de la reconversión de Ronaldo, pero él mismo sabe que la razón principal del éxito del capitán de la selección de Portugal fue la propia mentalidad del futbolista: “No pretendo haber creado a Cristiano Ronaldo. Mucha gente le ha influenciado, pero la mayor influencia ha sido la suya. Su propio impulso es fantástico”.
Entrando en la parte final de su carrera, y tras dos temporadas vestido con la camiseta de la Juventus, CR7 está intacto. Así lo marcan los números: continúa con su olfato goleador -hasta el parate de la Serie A del fútbol italiano por la pandemia de coronavirus marcó 21 goles- para contribuir a que su equipo se mantenga en la cima de las posiciones y mantiene la batalla con Lionel Messi para ver quién es el mejor jugador al final de cada temporada.
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