Angela Merkel, canciller alemana desde 2005, fue una de las primeras voces en dimensionar la gravedad de la pandemia de coronavirus: “Cuando el virus ya está aquí y la población no es inmune, cuando no hay una vacuna ni terapia, entre el 60% y el 70% de la población acabaría infectada", advirtió el 11 de marzo antes de que la mayoría de los líderes pusieran en pausa al mundo. En el mismo discurso, la funcionaria impulsó dos virtudes para superar la crisis global: la solidaridad y el sentido común.
La Deutsche Fussball Liga (DFL) reaccionó inmediatamente: interrumpió la acción en todos los torneos bajo su órbita y estableció el 2 de abril como fecha tentativa de reanudación, aunque más tarde extendió la postergación hasta el primer día de mayo en un país con 54.158 casos activos, 560 muertos y 9.211 recuperados.
Como en todo el planeta futbolístico, la DFL afronta un escenario inédito en la historia. La reinante incertidumbre tiene al fútbol, una maquinaria multimillonaria que nunca frena, inmerso en un debate permanente: ¿Qué deben hacer con los torneos en juego?
Hasta la fecha, la Bundesliga había disputado 25 de sus 34 fechas: el Bayern Munich, con 55 puntos y una diferencia de cuatro unidades respecto al escolta Borussia Dortmund, se encamina a su octavo título consecutivo.
La temporada 2019-20 es una de las más disputadas durante la reciente hegemonía del mayor campeón alemán: la diferencia entre el líder y el quinto clasificado -
Bayer 04 Leverkusen- es de apenas ocho puntos. Además de la lucha por el título, la Bundesliga aún tendrá que decidir qué equipos se adueñarán de los boletos continentales para la Champions League y la Europa League, mientras clubes como el Werder Bremen -campeón en 2003/04- lucharán por la permanencia.
Cálculos iniciales estiman que, en caso de no disputar las nueve fechas pendientes, la Bundesliga podría perder 770 millones por los derechos de televisación. “El fútbol alemán afronta la mayor crisis de su historia”, advirtió Hans-Joachim Watzke, CEO del Borussia Dortmund.
Karl-Heinz Rummenigge, presidente de la junta directiva del Bayern Munich, coincidió: “Sin ese dinero, un montón de clubes tendrán problemas financieros”. Postergado el fútbol, los clubes y jugadores de la Bundesliga cumplieron con el pedido de Merkel: apelaron a su solidaridad, una característica habitual del fútbol teutón, para ayudar a paliar las consecuentes dificultades económicas que azotarán a gran parte de la sociedad y particularmente a miles de trabajadores de los propios clubes.
Manuel Neuer, capitán del Bayern Munich y de la Selección Alemana, fue uno de los primeros en expresarse días antes de que Lionel Messi publicara en su cuenta de Instagram que el Barcelona recortará sus salarios para ayudar a los trabajadores: “El club tiene alrededor de 1000 empleados y muchos realizan tareas importantes. Como equipo, queremos ayudarlos y ofrecerles seguridad financiera al recortarnos el sueldo. Somos un grupo privilegiado, es evidente que debemos aceptar un recorte salaria”.
Joshua Kimmich y Leon Goretzka, también del reinante campeón, fundaron una ONG para reunir fondos: We Kick Corona; una iniciativa que ya reunió más de 3.6 millones de euros en apenas una semana.
Pero la fraternidad germana no es exclusiva de los jugadores. Bayer Leverkusen, Bayern Munich, Borussia Dortmund y RB Leipzig fueron vanguardistas y decidieron donar 20 millones de euros para ayudar al resto de los 32 clubes que integran la estructura de la Bundesliga. "Esta acción subraya que la solidaridad en la Bundesliga no es una palabra vacía”, analizó Christian Seifert, CEO de la DFL.
Los cuatro conjuntos crearon un fondo en el que donaron los 12.5 millones que ingresaron de derechos televisivos por haber participado de la edición 2019/20 de la Champions League y agregaron otros 7.5 millones de sus propias arcas. La decisión es consecuente con el espíritu de una DFL que promueve la sostenibilidad de sus equipos y el desarrollo de las inferiores a nivel general mediante un reparto más equitativo de los ingresos por los derechos de televisación.
El Bayer 04 Leverkusen, quinto en la Bundesliga y en octavos de final de la Europa League y en semifinales de la Copa de Alemania, es uno de los clubes que financió el fondo. El español Fernando Carro es su CEO desde julio de 2018 y representa al club como miembro de la UEFA. Experto en economía y futbolero desde su niñez, Carro dialogó desde Alemania con Infobae acerca de la revolucionaria iniciativa.
¿Cómo surgió la decisión de crear este fondo? ¿Alguno de los cuatro clubes involucrados tomó la iniciativa?
La relación entre las juntas directivas de los clubes alemanes es bastante fluida. El pasado 16 de marzo la DFL organizó una asamblea de los 36 clubes alemanes de primera y segunda división en Frankfurt. Justo después de esa reunión empezamos a hablar sobre este tema entre los cuatro clubes, y sentimos que teníamos que hacer algo a corto plazo.
Observando la situación en la Bundesliga y en Alemania en este momento, ¿por qué cree que fue necesario recurrir a este fondo?
Hay dos razones principales a mi parecer. La primera sirve para toda la sociedad: todos necesitamos unirnos, ayudarnos unos a otros, mostrar y vivir la solidaridad. Todo el mundo se ve afectado de manera diferente por esta pandemia. La segunda razón es más bien económica y simple: debido a la falta de ingresos, hay clubes que pueden tener problemas financieros a corto plazo. Tenemos que apoyarlos para que la estructura de la Bundesliga se mantenga estable y resistente.
Este fondo solidario suena como una iniciativa única en el mundo del fútbol, especialmente a nivel de liga, referido a 36 equipos. ¿Cree que la solidaridad es un valor de la Bundesliga en particular, y algo muy particular del ADN de los clubes alemanes?
Este es un asunto interesante, parece tener raíces culturales. Escribí mi tesis de fin de carrera sobre liderazgo y gestión, comparando España y Alemania. Ambas culturas contienen valores beneficiosos. Una de las características más destacadas de la cultura alemana es la de adquirir compromisos, dar y recibir, siempre en beneficio del bien común dejando de lado las guerras individuales. Así que, sí, creo que probablemente es un rasgo propicio para que se den resultados como el fondo de ayuda.
¿Cómo se gestiona el Bayer 04 Leverkusen durante el aislamiento? ¿En qué situación están los jugadores y empleados? ¿Ha habido despidos como consecuencia del cierre?
Literalmente, se puede decir que el club está más o menos cerrado. Queda poca gente físicamente en la sede, solo aquella necesaria para mantener en marcha la infraestructura y los procesos. La mayoría de nuestros 300 empleados están trabajando a distancia, desde casa y, en muchos casos, tienen incluso bastante más actividad que antes. Estamos en contacto permanente, y el seguimiento se realiza mediante el uso de herramientas digitales. Se trata también de una buena oportunidad para mejorar las habilidades de todos en este sentido. En lo que se refiere a nuestros jugadores, hay algunos pocos que usan nuestras instalaciones de rehabilitación para recibir tratamiento físico. Estamos intentando coordinarnos con la DFL para empezar en cuanto nos lo permitan las autoridades competentes.
En este escenario, ¿cuáles son sus mayores desafíos en las próximas semanas?
El desafío más importante es social, es de todos. Debemos ser disciplinados y reducir masivamente nuestros movimientos. Eso ayudará a salvar vidas. Más allá, debemos intentar luchar contra la incertidumbre. Especialmente para el personal del área deportiva y para el entrenador es un desafío mantener el equipo unido y la mentalidad fuerte, sin ver a sus jugadores día a día, como todos estábamos acostumbrados. En cuanto a la empresa del fútbol, de alguna manera es lo mismo: tenemos que permanecer juntos, mantener en marcha los procesos, adaptar nuestro trabajo de muchas maneras y todo ello sin poder vernos personalmente. Como CEO intento estar en contacto con el mayor número posible de empleados, sobre todo por teléfono y videoconferencia.
Con Peter Bosz como entrenador, el Bayer 04 Leverkusen persigue un sueño: conquistar su primera Bundesliga. Cinco veces subcampeón, en 2001-02 vivió su mejor temporada con Michael Ballack como emblema: finalizó a un punto del Borussia Dortmund en el torneo vernáculo y alcanzó la final de la Champions League, en la que cayó por 2-1 frente al Real Madrid con el recordado gol de volea de Zinedine Zidane.
Tras conseguir la clasificación a la Champions League para la temporada 2019/20, quedó eliminado en la fase de grupos tras compartir grupo con el Atlético de Madrid y la Juventus pero se mantiene competitivo en la Bundesliga a ocho puntos del líder Bayern Munich que debería enfrentar en la trigésima fecha y tendrá que enfrentar al Saarbrücken, revelación de la cuarta división, en las semifinales de la Copa de Alemania.
En el plantel se destacan dos argentinos, ambos ex River: Lucas Alario y Exequiel Palacios. El club teutón desembolsó 24 millones de euros para adueñarse del talentoso mediocampista que fuera una pieza clave en la fisonomía del equipo de Marcelo Gallardo.
Junto a ellos brilla Kai Havertz, un joven extremo de apenas 20 años que está llamado a convertirse en uno de los mejores jugadores del mundo en los próximos años. Carro también entrega detalles del modelo Leverkusen.
¿Puede explicarnos la Conexión Argentina con el Bayer 04 Leverkusen? Con Lucas Alario y Exequiel Palacios tan bien integrados en el equipo, ¿cuál es la fórmula para combinar el talento y el estilo argentino, con las estructuras y tácticas alemanas?
El año pasado, cuando estábamos trabajando en el traspaso de Exequiel (Palacios), me acerqué a Lucas (Alario) y le pregunté su opinión. Me dijo: “Ve a buscar argentinos si quieres ganar”. Hablando en serio, el Bayer 04 tiene una larga y exitosa trayectoria en la búsqueda, contratación y desarrollo de jugadores sudamericanos para el fútbol alemán y europeo. Solo hay que recordar nombres como Lúcio, Emerson, Placente, Arturo Vidal... Actualmente, jugadores como Wendell, Aránguiz, Alario, Palacios y Paulinho están teniendo un gran impacto o lo tendrán en el futuro. Siempre hemos tratado de actuar de manera profesional y familiar al mismo tiempo y creo que eso ha contribuido decisivamente a su integración.
¿Cómo funciona su sistema de scouting? ¿Quién está a cargo? ¿Quién toma las últimas decisiones? ¿Basadas en qué criterios?
Nosotros exploramos prácticamente todo el mercado global, siempre trabajamos y nos adaptamos a los cambios y desarrollos en el mundo del fútbol. Nuestro director deportivo, Simon Rolfes, está a cargo de todos los departamentos del área deportiva. Algunos temas concretos particularmente delicados los comentamos entre Simon, Rudi Völler y yo antes de tomar una decisión conjunta. Los jugadores del Bayer 04 deben tener mentalidad de equipo y habilidades de primer nivel, pero además deben tener margen de mejora y eso requiere también la personalidad y el carácter adecuados.
¿Cómo se está preparando el club para el futuro? ¿Podría compartir algunos ejemplos concretos de innovación en el club, en términos de rendimiento de los atletas, experiencia de los aficionados día de partido, servicios de radiodifusión y desarrollo internacional? ¿Qué importancia tiene para el club el Big Data, Business Intelligence y otras herramientas de analítica?
Hoy en día es esencial que un club cuente con una cultura abierta e innovadora. Creo que nuestro departamento deportivo, por ejemplo, es puntero en la aplicación de la tecnología y la digitalización de procesos. Trabajamos con cámaras de alta tecnología y elementos digitales alrededor de los campos de entrenamiento e incluso los balones de fútbol que usamos tienen un chip integrado. Todos estos elementos ofrecen métricas que nuestro equipo puede analizar detalladamente y obtener los datos que necesitan para mejorar las habilidades físicas y tácticas de los jugadores, así como optimizar los distintos sistemas de juego.
Imaginando un regreso a la normalidad pronto... ¿Cómo hace una ciudad de sólo 160.000 personas luchar contra los grandes clubes de Europa?
Ciertamente, estamos situados en un punto de competencia máxima en el fútbol europeo con clubes vecinos como Dortmund, Schalke, Gladbach y Colonia a menos de 100 kilómetros de distancia. No hay una fórmula mágica, cada club trabaja duro para aprovechar sus características o ventajas competitivas, aquello que le diferencia y le hace especial. Nosotros, por ejemplo, contamos con una amplia trayectoria de éxito en el desarrollo de jugadores jóvenes de perfil alto dentro de nuestra cantera. Con Kai Havertz tenemos actualmente un ejemplo brillante. Además, siempre hemos logrado hacer que los buenos jugadores sean aún mejores.
En el lado deportivo, ¿cuál es su estrategia?
Nuestro objetivo claro para los próximos años es consolidarnos dentro del Top 16 europeo. Eso implica estar de forma más o menos regular en los octavos de final de la Liga de Campeones. En este momento estamos ‘clasificados’ en los últimos puestos del Top 20, así que hay trabajo por delante y un apasionante camino por recorrer.
¿Cómo un español que nunca antes había trabajado en el fútbol puede dirigir un club alemán de primera categoría?
Fui al Colegio Alemán de Barcelona cuando era niño, tenía abonos para el Camp Nou cuando era adolescente, más tarde trabajé como periodista deportivo en Austria, más allá de mis estudios en Karlsruhe, Alemania. Luego comencé mi carrera en Bertelsmann (una de las mayores empresas de medios de comunicación del mundo). He estado trabajando en Alemania durante casi 30 años. Siempre me ha atraído el deporte y siempre he pensado que podría contribuir con mi conocimiento de la empresa. Todos los grandes clubes han evolucionado hasta convertirse en empresas que necesitan adaptarse, desarrollarse, profesionalizarse y, al mismo tiempo, tratar de mantener su tradición viva y, sobre todo, tener éxito. Factores desafiantes, que requieren habilidades de alto nivel de dirección.
¿Qué oportunidades y desafíos ha observado desde que asumió sus funciones en julio de 2018?
Los tres desafíos más complicados provienen de la dependencia de los resultados, el pensamiento a corto plazo y la repercusión pública que tiene el mundo del fútbol. Creo que las ventajas de mi experiencia pasada son la capacidad de gestión, las habilidades de liderazgo y el pensamiento estratégico a medio y largo plazo.
El horizonte está plagado de desafíos para el Bayer 04 Leverkusen y para su CEO Fernando Carro. Mientras tanto, con un mundo aislado y el deporte en pausa, los cuatro clubes principales de Alemania cumplen con las máximas de Angela Merkel.
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