Luego de la victoria adquirida en el Wanda Metropolitano, el Atlético Madrid se presentó en Anfield con la misión de mantener la ventaja frente al Liverpool, tal vez el mejor equipo del mundo en la actualidad.
A pesar de las medidas de seguridad que se tomaron en gran parte de Europa, donde los partidos se disputaron a puertas cerradas, en Inglaterra los fanáticos poblaron su estadio para apoyar al conjunto de Klopp que demostró todo su potencial desde el comienzo para revertir el marcador y avanzar a los octavos de final de la Champions League.
Con las figuras de Salah, Mané y Wijnaldum el combinado británico se apoderó del pleito, aunque los contragolpes comandados por Ángel Correa, João Félix y Koke generaron varias preocupaciones en Adrián. El choque estaba parejo. Y ambos equipos hicieron los méritos para abrir el marcador con filosofías opuestas.
Los reflejos de Jan Oblak y el sacrificio del resto de sus 10 compañeros para detener los constantes ataques del Liverpool fueron las principales razones que mantuvieron la igualdad durante más de 40 minutos. Con cada avance inglés, el Colchonero se replegó con más firmeza contra su propio arco y las réplicas españolas eran cada vez más efímeras.
Así, cuando el cronómetro de Makkelie marcó los 43, Oxlade Chamberlain logró conectar un preciso centro a la cabeza de Wijnaldum, para que el holandés festeje el 1 a 0 y empareje la serie. Un gol clave. Psicológico. Todo parecía indicar que en el complemento el Liverpool iba a sellar su boleto a la siguiente fase.
El segundo tiempo comenzó con la misma tendencia: máxima presión local que dejó al Atlético Madrid contra las cuerdas. Una notable doble atajada de Oblak contra Mané dejó con vida al elenco del Cholo Simeone, pero el Colchonero estaba en terapia intensiva.
Un disparo rasante de media distancia de Oxlade Chamberlain que volvió a exponer la notable producción del arquero esloveno fue otra muestra de la superioridad del Liverpool. Además, una triangulación perfecta que concluyó con un cabezazo de Robertson al travesaño y otro intento de Salah desactivado por Oblak confirmó el monólogo local.
El resultado que arrojó los 90 minutos fue injusto. El Liverpool mereció golear, pero la mínima diferencia lo obligó a jugar el tiempo suplementario. Incluso en la última escena Saúl paralizó a todos los corazones con un testazo que rebotó contra la red defendida por Adrián. La euforia de Simeone en su corrida hacia la hazaña se terminó cuando el juez de línea Steegstra levantó su banderín por una clara posición adelantada.
Además, cuando comenzó la prórroga Roberto Firmino festejó el 2 a 0 después de capitalizar un rebote contra el travesaño que él mismo había generado mediante la vía aérea. El triunfo del Liverpool parecía enterrar las esperanzas españolas, pero en la mística cholista todavía había tiempo para que la película dramática se convierta en una gesta heroica.
Un grosero error de Adrián le permitió a Llorente festejar el descuento. El gol de visitante representó una proeza histórica; pero lejos de conformarse, el joven volante con pasado en el Real Madrid se encargó de desarticular a la última línea inglesa para silenciar a Anfield con el 2 a 2. En tierra británica sólo se escuchaba el delirio de los fanáticos ibéricos que no podían creer lo que estaban viendo. Una locura teñida de rojo y blanco.
Como si algo le faltara a la fiesta ibérica, Álvaro Morata concluyó el espectáculo con una muestra de su categoría para cerrar la noche con el inesperado e histórico 3 a 2. La clasificación del Atlético Madrid se dio gracias al sacrificio de todos sus intérpretes, aunque los recordados héroes de Anfield serán Oblak, Llorente y (por supuesto) el Cholo Simeone.
Liverpool: Adrián- Alexander-Arnold, Joe Gomez, Virgil van Dijk, Robertson - Henderson, Fabinho, Wijnaldum - Salah, Firmino y Mané. DT: Jürgen Klopp
Atlético: Oblak - Trippier, Savić, Felipe, Lodi - Correa, Saúl, Thomas, Koke - João Félix, Diego Costa DT: Diego Simeone
Estadio: Anfield (Inglaterra)
Árbitro: Danny Makkelie (Holanda)
TV: ESPN 2
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