Este miércoles el Manchester City se alzó con la victoria por 2 a 1 ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu por la ida de los octavos de final de la Champions League. El duelo no solo dejó buen fútbol y emociones, sino que además dejó una gran polémica que será determinante para la serie.
El encuentro estaba 1 a 0 en favor del conjunto local, que se había puesto en ventaja a través de Isco a los 15 minutos del complemento. Si bien el cuadro blanco dominaba el marcador, había perdido el control del juego y el visitante comenzaba a acechar.
Fue así que De Bruyne pudo pisar el área rival, juntar tres marcas y lanzar un centro perfecto para que Gabriel Jesus, dentro del área, gane de cabeza por detrás de Sergio Ramos y establezca el 1 a 1.
En medio de los festejos del equipo inglés, el capitán del club español quedó tirado en el césped reclamando una supuesta infracción. El italiano Daniele Orsato no había visto falta, pero aguardó la decisión del VAR para convalidar el tanto. Con el apoyo de la tecnología, los jueces determinaron que no había existido empujón y que la acción era por lo tanto válida.
Sin embargo, Miguel Scime, ex árbitro argentino y especialista de Infobae, explicó que la jugada debió haber sido anulada por infracción del brasileño sobre Ramos. “Cuando un jugador está en el aire, el mínimo contacto hace que se desestabilice y todos vimos que la intención fue desestabilizarlo para alcanzar el objetivo, lograr de forma antirreglamentaria que no llegue a disputar el balón. La regla 12 es taxativa a la hora de juzgar este tipo de disputa”.
Por tal motivo, el italiano debió haber cobrado falta de Jesus y el partido hubiese tenido un rumbo completamente diferente al que finalmente tuvo.
Incluso, hay un antecedente que expone la decisión de los jueces. Fue en la edición de 2018/19 en el cruce entre el Atlético Madrid y la Juventus por la ida de los octavos de final disputada en el Wanda Metropolitano. En aquella oportunidad, el conjunto Colchonero había abierto el marcador a través de Álvaro Morata, pero se determinó, a través del VAR, que el punta había empujado a Giorgio Chiellini para ganar el cabezazo.
A pesar de la polémica, el equipo de Diego Pablo Simeone pudo en aquella oportunidad ganar 2 a 0, aunque en la revancha cayó 3 a 0 en Turin con tres goles de Cristiano Ronaldo.
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