Este fin de semana el Atlético Madrid volvió a dejar una pálida imagen en el campo de juego, en esta ocasión ante el Leganés, último en la tabla de posiciones, con el que empató sin goles en el Wanda Metropolitano. En la semana, el cuadro de Diego Pablo Simeone había quedado eliminado de la Copa del Rey ante el Cultural Leonesa, equipo de la tercera división, al caer 2 a 1 en el derrota más humillante del ciclo del argentino al frente del conjunto colchonero.
En el encuentro de este domingo, el conjunto visitante se abrazó a un punto clave que le permite seguir aspirando a mantener la categoría, está a tres unidades del Mallorca (último club ubicado fuera de la zona de descenso). En este contexto, el aquero Iván Cuéllar quiso ganar algo de tiempo cuando ya se jugaba el tercer minuto de los cuatro que se habían adicionado.
Fue entonces que al ir a recoger un balón para sacar del arco y recibió un toque de uno de los niños alcanzapelotas. Inmediatamente, el español fingió un golpe y se lanzó al suelo como si realmente hubiese sido agredido. El juez Mateu Lahoz le mostró la amarilla por simular y, cómo ya había sido amonestado minutos antes pro protestar, le sacó la tarjeta roja.
El árbitro escribió en el informe final que las amarillas fueron: “Por simular haber sido agredido por un recogepelotas y dirigirse a mí realizando observaciones, insistiéndome en dicha incidencia”.
Luego de la acción, Cuéllar estuvo cuatro minutos en el terreno de juego buscando conflicto con los rivales para intentar generar una pelea y que el Atlético también pierda a algún futbolista, pero su actitud no surgió efecto favorable. Por el contrario, en el documento, Mateu Lahoz agregó: “Una vez expulsado, (Cuellar) retrasó su salida del terreno de juego a la vez que se encaraba con varios adversarios, llegando a pellizcar en su cara al número 20 (Vitolo), y acto seguido, propinar varias palmadas en el cuello y en el pecho del número 9 (Morata), e insistiéndome que había sido agredido por un recogepelotas”.
Cómo el Leganés ya no tenía cambios, fue el argentino Jonathan Silva quien se colocó el buzo de arquero y se ubicó bajo los tres palos durante el tiempo restante. A pesar de esta desventaja, el cuadro visitante pudo aferrarse a la igualadad y festejar el punto en el Wanda Metropolitano ante el Atlético Madrid, uno de los equipos más poderosos de La Liga.
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