La novela Neymar sigue sumando capítulos día a día. Desde su conflictiva salida del Barcelona que tanto la prensa francesa como la española especulan con su posible vuelta a la entidad catalana para reeditar la famosa MSN junto a Lionel Messi y Luis Suárez.
Según la confesión de un integrante del círculo íntimo del brasileño a L’Equipe, el 6 de marzo de 2019 fue el día que el delantero se convenció de que la mejor opción era alejarse del Paris Saint Germain y regresar al conjunto Culé.
El partido que hizo un click dentro de la cabeza del ex Santos fue la derrota ante el Manchester United por los octavos de final de la Champions League. “Neymar vino para ganar cosas grandes y después de aquella derrota vio que aquí no las podría ganar”, fue el textual que colocó el rotativo francés.
El conjunto inglés, con el brasileño lesionado mirando el encuentro desde la tribuna, vio cómo su equipo cayó por 3 a 1 en el Parque de los Príncipes gracias a un penal concedido por el VAR a pocos instantes para la finalización del partido.
Esta información salió a la luz luego que se filtrara el “atajo” que utilizaría el emblema de la Selección de Brasil para lograr su salida.
A partir del próximo 30 de junio Ney puede utilizar una cláusula reglamentaria denominada “período protegido”, la cual aparece dentro del “Reglamento para el Estatuto y la Transferencia de la FIFA”.
La misma le permite al deportista desvincularse del club (en este caso el PSG) sin que éste pueda hacer algo al respecto. Todo se basa en dos posibilidades.
La primera -casi descartada- es la de finalizar el contrato de manera unilateral aduciendo “causa deportiva justa”. Sólo se puede activar si el futbolista en cuestión juega menos del 10 por ciento de los minutos oficiales. Pese a estar lesionado en una parte de la temporada, él es una pieza vital para el director técnico Thomas Tuchel.
La otra variante sería la elegida por Neymar según la prensa española. La misma se basa en romper el vínculo “sin causa deportiva justa”, por lo que deberá desembolsar una millonaria indemnización.
En este caso, la FIFA será la encargada de fijar la suma de dinero que tendría que abonar el jugador al club para romper su vínculo. El monto, además, no puede ser abonado por un tercero. Sin embargo, hay una posibilidad de que su nuevo club lo haga de forma “solidaria y conjuntamente”.
Una vía que deja al equipo parisino sin recursos para “combatir”, aunque existe un apartado en el que se detalla que ningún agente, club o tercero puede influir en la decisión del deportista y que si se comprobara eso, la entidad podría recibir sanciones económicas y prohibiciones de fichar a futuro.
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