Cristiano Ronaldo marcó este miércoles un gol impresionante en el triunfo por 2 a 1 de la Juventus ante la Sampdoria en un cotejo correspondiente a la jornada 17 de la Serie A. El delantero portugués alcanzó una altura de 2,56 metros antes de cabecear el balón y festejar, es decir, que logró despegarse 71 centímetros del suelo.
Obviamente, la destreza física del artillero luso no es una novedad. Desde que explotó futbolísticamente en el Manchester United que varios expertos se han referido a las ventajas que logra sacar sobre los rivales por dos principales razones: entrenamiento y genética.
“¿En serio llegué a los 2,56 metros? No lo sabía (...) Fue un buen gol y me complace haber ayudado a mi equipo con tres puntos más”, reconoció la figura bianconera al enterarse de lo que había hecho en el terreno de juego.
En 2014, luego de un gol que le marcó al Levante al saltar más alto que los dos centrales, el médico José González, quien se dedica al cuidado de futbolistas profesionales, explicó en diálogo con ABC cómo hace Ronaldo para “volar”: “El salto se puede entrenar y Cristiano lo hace con ejercicios de fuerza, de flexibilidad y pliométricos, que son trabajos explosivos en corto espacio de tiempo para aumentar la potencia, la velocidad y la coordinación aerodinámica. Pero para cabecear a esa altura tiene que haber una genética”.
Para ganar altitud, las personas debe ejercitar “el glúteo mayor, el músculo semimembranoso, el semitendinoso, el bíceps femoral (los tres situados en la parte trasera del muslo), el cuádriceps (en la parte delantera) y por supuesto el tríceps (parte trasera de los brazos). Aunque también intervienen los músculos espinales, el pectoral y el deltoides, pero los principales son los citados antes”.
González remarcó en aquel entonces que CR7 no solo trabaja en el gimnasio y en el campo de juego, sino que también lo hace una pileta: “Es lo mejor para sus músculos. Realizar ejercicios en la piscina debería ser obligatorio después de los entrenamientos, con el fin de llevar a cabo estiramientos y relajar la musculatura. Lo llevo diciendo treinta años, pero muchos jugadores no lo hacen y los técnicos deberían exigirlo. Son baños de cinco minutos en agua caliente y luego tres minutos en agua fría, en otra piscina adyacente. Hay que repetir la operación varias veces”.
La dedicación de Ronaldo es una de las virtudes que más destacan sus compañeros. Hace unos días, en una entrevista con ESPN, Carlos Tévez recordó que en el Manchester United el portugués llegaba una hora antes a las prácticas para trabajar los músculos de las piernas en el gimnasio.
En junio de 2018, en declaraciones para ITV Sport, Patrice Evra, otro ex United, contó una anécdota que ayudó a entender más cómo funciona el cerebro de Ronaldo: “Me dijo que fuera después del entrenamiento y fui. Yo estaba cansado, en la mesa solo había ensalada, pollo y agua. No había nada de refrescos. Comenzamos a comer y pensaba que después habría carne, pero no. Terminó de comer, se puso de pie y comenzó a jugar con una pelota. Me dijo que hiciéramos unos toques y yo le respondí que si podía terminar de comer. Después de eso me pidió que fuéramos a la piscina. Cristiano es una máquina y no quiere dejar de entrenar”.
De esta manera, Ronaldo logra sacar ventaja de sus rivales. Sus saltos son un ejemplo de esto y le han permitido marcar tantos extraordinarios, como aquel de chilena a la Juventus en la Champions League 2017/18 cuando todavía lucía los colores del Real Madrid. En esa oportunidad, su pierna derecha impactó la pelota a 2,38 metros de altura y su cuerpo se despegó 1,41 metros del césped.
Su gol ante la Sampdoria desató una catarata de comparaciones con el ex basquetbolista Michael Jordan, por la capacidad para sostenerse en el aire que tenía la estrella de los Chicago Bulls. Pero los más exagerados lo hicieron con Superman, el superhéroe de DC Comics, lo que generó una ola de memes.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: