Hubo que posponer dos meses la disputa de partido más importante de la liga española, el clásico entre FC Barcelona y Real Madrid, pero no ha sido suficiente para anular las protestas independentistas que se han puesto en marcha en la previa del encuentro. Los manifestantes del grupo Tsunami Democràtic y sus adherentes empezaron a agruparse en las cercanías del Camp Nou a pocos minutos del inicio del partido.
Cuando los 22 jugadores saltaron al campo de juego se pudo apreciar un mosaico gigante que ocupaba la totalidad de la grada. La mitad reflejaba los colores del club y la otra mitad los de Cataluña: rojo y amarillo. Además, varios aficionados llevaron pancartas con el lema escrito en inglés “España siéntate y habla”, mientras los aficionados entonaban el himno del Barcelona. También se vieron banderas gigantes que decían, también en inglés, la palabra “Libertad”.
Por otra parte, en el minuto 55 el partido se vio interrumpido por una nueva protestas. En este caso fueron balones amarillos los que fueron arrojados al campo de juego en forma de protesta contra la represión llevada adelantar por la policía en diferentes manifestaciones independentistas. La transmisión oficial cambió la cámara para evitar mostrar la manifestación.
Fueron dos minutos sin acción en el terreno de juego, tiempo que necesitaron los asistentes de seguridad para retirar los balones. Además, en las gradas, los aficionados volvieron a levantar sus pancartas.
En la previa, el periódico Mundo Deportivo informó que había personas con banderas ‘estelades’ y símbolos indepentistas pero “los cuerpos de seguridad ya han desplegado un gran operativo”. Dicho medio informó que “se han cortado las primeras calles a cargo de los manifestantes: Travessera de Les Corts, Aristides Maillol y la zona cercana al antiguo Miniestadi”.
Los medios españoles coincidieron en que el operativo de seguridad controló la movilización, más allá de alguna discusión aislada en medio de la gente. Aunque el mayor conflicto ocurrió dentro del estadio.
Es un partido que, más allá de lo deportivo y de que podría tener un gran impacto en la lucha por el título (el Barça y el Madrid empatan en 35 puntos en la cima de la tabla), ha tomado relevancia por las manifestaciones por la condena de hasta 13 años de cárcel a nueve líderes separatistas el pasado mes de octubre, que desencadenaron oleadas de protestas que llevaron al aplazamiento del duelo.
Desde Tsunami Democràtic insistieron en que no desean suspender el partido, pero que su intención es pedir un diálogo entre las autoridades españolas y catalanas para la independencia de la región. Esta agrupación eligió movilizarse hacia el Camp Nou y han dado instrucciones vía Telegram a sus aficionados para que realicen acciones que aún no han sido especificadas.
Las protestas en el Camp Nou
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