La temporada 2019-20 de La Liga, con casi un tercio de la campaña disputada, apunta a ser la más apretada en décadas, reafirmando su condición como el campeonato más competitivo de las grandes ligas de Europa.
Tras trece jornadas del campeonato, cinco equipos (Barcelona, Real Madrid, Atlético Madrid, Sevilla y Real Sociedad) están separados por apenas cinco puntos. Tres equipos diferentes han llegado a liderar la clasificación en distintos momentos de la última jornada. Y los siete puntos que separan a los equipos en puestos europeos -desde el líder Barcelona hasta el séptimo Granada- después de trece jornadas es el margen más estrecho en un cuarto de siglo.
Desde que se computan tres puntos por victoria. No se veía nada similar desde la temporada 1998-99, cuando un Blaugrana capitaneado por Pep Guardiola terminaría siendo campeón, con seis puntos de diferencia entre los equipos europeos a estas mismas alturas del campeonato. Ese era el margen más estrecho conocido hasta la presente campaña.
La idea de que cualquier equipo puede batir a cualquiera queda reafirmada en el campo de juego semana tras semana. Por ejemplo el Granada, recién ascendido, y el Levante han derrotado ya en el presente curso al vigente campeón, el Culé, quien además era el líder de la clasificación en esos momentos. Otro equipo recién ascendido, Osasuna, está llamando a las puertas de las plazas europeas cimentando su concurso en un increíble récord como invicto por el cual llevan 18 meses y 31 partidos sin caer en casa. La Real Sociedad ha configurado una plantilla joven donde destacan el canterano español Mikel Oyarzabal, el niño-maravilla noruego Martin Ødegaard y el prometedor Alexander Isak, permitiéndole pelear por los puestos de cabeza.
Mientras tanto, el Mallorca, tercer club de los recién ascendidos esta temporada, han batido ya con todo merecimiento a equipos como el Real Madrid y el Villarreal.
El líder Barcelona ha cosechado el 66% de los puntos posibles en el presente curso, dejando patente así lo difícil que es despegarse en la clasificación de La Liga. Estadísticas que no dicen lo mismo del resto de los torneos de Europa, donde las marcas de Liverpool (94% de los puntos posibles), Juventus (88%), PSG (77%) y Borussia Monchengladbach (75%) dibujan una estampa diferente en Inglaterra, Italia, Francia y Alemania, respectivamente.
Los factores tras este histórico auge de la competitividad en España son varios. Pero hay dos que, a mediano y largo plazo, son esenciales. El primero es el control económico de la nueva organización, en marcha desde 2013, y que ha colocado a los clubes en una situación de crecimiento sólido y sostenible. En el pasado quedan ya esos ciclos donde había clubes que fluctuaban de manera dramática entre temporadas siendo la revelación con otras donde se desmoronaban, en línea con la situación financiera. Lo que permite ahora a los equipos de La Liga, desde el primero al último, atraer a las estrellas internacionales como nunca antes.
Por otro lado, la venta centralizada de los derechos audiovisuales se estableció en 2015 y ha transformado la realidad financiera de casi todos los clubes de España, asegurando que la creciente inyección de ingresos -que va de los 600 millones de euros en 2015 a los 1865 millones al presente- está mejor repartida entre todos los clubes. Equipos como el Athletic de Bilbao, por ejemplo, han visto cómo sus ingresos audiovisuales se disparaban de los 17 millones de euros de hace unos años a los 71 millones en la actualidad. Mientras tanto, otros como el Real Betis han visto cómo su poderío en el mercado aumentaba hasta el punto de imponerse a varios equipos punteros de Europa para la adquisición del internacional francés campeón del mundo Nabil Fekir, que llegó el pasado verano desde Lyon.
Como Sergio Ramos, capitán del Real Madrid, analizó a principios del mes, tras una serie de tropiezos en el campeonato, “nadie puede permitirse ser autocomplaciente en un solo partido, independientemente de quién esté enfrente… y eso es lo que hace de esta liga la mejor del mundo”. Además del brillo de figuras de la talla de Messi, Suárez, Bale, Benzema, Joao Félix y Griezmann, la competición también se destaca por el vértigo constante y una paridad inédita.
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