Un empate sin goles en casa ante el modesto Slavia Praga en la UEFA Champions League ha puesto nuevamente en el ojo de la tormenta a un FC Barcelona que no encuentra la regularidad esta temporada. “Con este nivel de juego es difícil que nos dé para ganar la Champions”, reconoció Gerard Piqué tras el flojo partido en el plano europeo, que se suma a la dura caída ante Levante del fin de semana. Los malos resultados empiezan a generar turbulencia y los jugadores están bajo la lupa.
Y uno de las cuestiones que más críticas despierta es el compromiso de ciertos futbolistas, que al parecer no es el mismo que se tenía en julio cuando llegaron fichajes de la talla de Frenkie de Jong y Antoine Griezmann, y arrancó la pretemporada. “El componente competitivo se ha visto reducido”, destacó el periódico La Vanguardia, que enumera una serie de síntomas que ponen en evidencia que no existe el mismo empeño.
“Algunos jugadores van con el reloj en la mano hasta el punto de causar baja en sesiones de video y otros tienen la mirada puesta en el calendario, para enlazar dos días de fiesta y planificar un viaje en avión privado. En estos cuatro meses y medio, la plantilla ha disfrutado de 25 días de fiesta, donde han proliferado los vuelos de ocio con la competición en curso”, agrega el diario catalán.
Tras una período de preparación que estuvo más ligado a la explotación comercial (giras por Japón y Estados Unidos), que podría tomarse como casual de la cantidad de lesiones que tuvo el equipo en el inicio de la competencia, varios jugadores del Barça hicieron viajes personales en medio de la competencia.
Por ejemplo, Dembélé estuvo de paseo en París mientras estuvo lesionado. Piqué se trasladó en septiembre a Andorra para un evento el equipo del cual es propietario. Antes del partido ante Villarreal, hubo un corto entrenamiento matutino porque Messi, De Jong y Ter Stegen tenían que ir a la gala de The Best. Esto se hizo más evidente en las fechas FIFA de octubre, con la suspensión del clásico ante Real Madrid, cuando Griezmann viajó a Nueva York para ver a los Brooklyn Nets de la NBA. O el mediocampista brasileño Arthur, que aprovechó para hacer turismo por Roma.
“A mí, me parecen pocos (los 25 días de fiesta). Si nos quitan partidos, voy a intentar darles algún día de fiesta más”, se defendió Ernesto Valverde al ser consultado por este método que parece no traer los mejores resultado.
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