El empate 0-0 entre el Atlético y el Real Madrid por la jornada 7 de La Liga dejó poco fútbol y algunas polémicas, entra las que se destaca la del entrenador Diego Pablo Simeone, quien debió haber sido expulsado.
El argentino escuchó desde su posición cómo Sergio Ramos, capitán del cuadro blanco, insultó a uno de los asistentes y explotó pidiendo la expulsión de su rival. Es que un antecedente del torneo pasada, cuando Diego Costa vio la roja en el Camp Nou ante el Barcelona por un comentario similar, hizo enojar al Cholo.
Cómo el juez González González se negó a castigar al central español, Simeone se hartó y le hizo un gesto obsceno al cuarto árbitro. “Tienen las bolas así de chiquitas”, gritó, al tiempo que unió los extremos de sus dedos índices y pulgares a la altura de su entrepierna para mostrar el tamaño al que se refería.
“Las cosas que pasan en el campo se quedan allí", dijo más calmado en conferencia de prensa el director técnico del Atlético del Madrid. “Algunos pueden permitir una cosa y otros no, más no podemos decir”, sostuvo con respecto a los árbitros.
Más allá de la polémica, el derby fue deslucido ya que ninguno de los dos equipo arriesgó ni hizo demasiados méritos para llevarse la victoria. Pese a este factor, lo importante es que el conjunto de Zinedine Zidane parece haber asimilado el duro gancho al mentón que había recibido por parte del Paris Saint-Germain en la Liga de Campeones. Derrotaron al Sevilla y Osasuna y han puesto en aprietos al Atlético. Por ahora se mantienen en lo más alto de la tabla de posiciones.
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