Es uno de los entrenadores más prestigiosos de la actualidad pero además tiene una personalidad muy atractiva y causa furor con su humor. Jürgen Klopp, un gran estratega formado en la Bundesliga y que ha logrado que el Liverpool FC vuelva a ser uno de los clubes más temibles del mundo. La temporada pasada ganaron la Champions League y terminaron escoltas en la Premier League a solamente un punto del Manchester City de Pep Guardiola, lo que le permitió ser elegido como el Mejor entrenador masculino del Año en los premios The Best de la FIFA.
Tras obtener ese reconocimiento, Klopp ha publicado uno carta escrita por él mismo en el portal The Players Tribune, un sitio que suele donde se publican escritos de personalidades del deporte que hacen balances sobre sus carreras. En este caso, el DT alemán reveló varias anécdotas de su carrera, sobre todo de sus inicios en el Mainz 05 y el Borussia Dortmund, como también algunas de sus sensaciones más íntimas.
“A veces la gente me pregunta por qué siempre estoy sonriendo. Incluso después de perder un partido, a veces sigo sonriendo. Es porque cuando nació mi hijo, me di cuenta de que el fútbol no es vida o muerte. No estamos salvando vidas. El fútbol no es algo que deba propagar la miseria y el odio. El fútbol debe ser inspiración y alegría, especialmente para los niños”, analizó.
El técnico germano se declara fanático las películas de Rocky Balboa. “En mi opinión, deberían mostrar Rocky 1, 2, 3 y 4 en escuelas públicas de todo el mundo. Debería ser como aprender el alfabeto. Si miras estas películas y no quieres subir a la cima de una montaña, entonces creo que te pasa algo”, sostuvo. Por ello quiso utilizar una de estas películas para motivar a los jugadores del Borussia Dortmund antes de un partido ante el Bayern, pero no salió como esperaba.
“No habíamos ganado en Múnich en algo así como 20 años. Así que la noche antes de jugar contra el Bayern, reuní a todos mis jugadores en el hotel para hablar sobre nuestro equipo. Luego comencé a reproducir algunas escenas de Rocky IV en la pantalla de video. ¿Ven? El Bayern Munich es Ivan Drago. ¡Lo mejor de todo! ¡La mejor tecnología! Las mejores maquinas! ¡Es imparable! Nosotros somos rocosos. Somos más pequeños, sí. ¡Pero tenemos la pasión! ¡Tenemos el corazón de un campeón! ¡Podemos hacer lo imposible! Seguía y seguía, pero luego, en un momento, miro a todos mis muchachos para ver su reacción. Esperaba que estuvieran de pie en sus sillas, listos para correr por una montaña en Siberia, volviéndose absolutamente locos. Pero todos están sentados allí, mirándome con ojos muertos. Entonces me di cuenta, espera, ¿cuándo salió Rocky IV, 1980, algo? ¿Cuándo nacieron estos niños? Finalmente, dije: ‘Esperen un momento, muchachos. ¿Levanta la mano si sabes quién es Rocky Balboa?’. Solo dos manos se levantaron: Sebastian Kehl y Patrick Owomoyela”, rememoró Klopp.
Pero aquella fallida charla de motivación no fue el único error de sus primeros años. También relató uno de sus errores de su etapa en el Mainz 05: “Asumí el puesto de DT en 2001 en Mainz, donde había sido jugador durante 10 años. El problema era que todos los jugadores seguían siendo mis amigos, todavía me llamaban ‘Kloppo’. Cuando tuve que anunciar el equipo para el primer partido, pensé que era correcto que fuera y le dijera a cada jugador de frente. Bueno, fue un plan muy malo, porque teníamos habitaciones dobles. Llego a la primera habitación, siento a los dos jugadores en la cama, y le digo a uno: ‘Serás titular mañana’. Pero luego miro al otro y digo: ‘Desafortunadamente, tu no comenzarás mañana’. Me di cuenta de lo tonto que era mi plan cuando el segundo jugador me miró a los ojos y preguntó: ‘Pero ... Kloppo ... ¿por qué?’. Tuve que hacer esto ocho veces más: 18 jugadores en nueve habitaciones dobles. Jajaja Fue un desastre", rememoró entre risas.
Según su carta, los fracasos también le han servido de impulso para sus éxitos, y por eso elige a la remontada ante el FC Barcelona en Anfield como su mayor triunfo como entrenador. De hecho, sostiene que superar los fracasos en lo más importante. “Creo que el 98% del fútbol se trata de lidiar con el fracaso y aún poder sonreír y encontrar disfrute en el juego al día siguiente”, opinó. Por eso aquella semifinal de Champions League es muy importante en su vida.
“Perder 3-0 en el Camp Nou fue el peor resultado imaginable. Cuando nos estábamos preparando para el partido de vuelta, la conversación de mi equipo fue muy sencilla. No hubo Rocky esta vez. Hablé de tácticas pero también les dije la verdad. Les dije: ‘Tenemos una oportunidad’. Realmente lo creí. No se trataba de su habilidad técnica como futbolistas. Se trataba de quiénes eran como seres humanos y todo lo que habían superado en la vida. Lo único que agregué fue: ‘Si fallamos, fracasemos de la manera más bella’. Desafortunadamente, el momento más increíble en la historia de la Champions League ... en realidad no lo vi. Vi la pelota salir por al tiro de esquina. Vi a Trent Alexander-Arnold yendo a tomarlo y Shaqiri siguiéndolo. Pero luego le di la espalda porque nos estábamos preparando para hacer un cambio. Estaba hablando con mi asistente, y... ya sabes, me pone la piel de gallina cada vez que lo pienso... Mire hacia el campo y vi la pelota volando hacia la portería. Todo Anfield enloqueció. ¿Puedes imaginarlo? 18 años como DT, millones de horas viendo este juego, y me perdí lo más descarado que jamás haya sucedido en un campo de fútbol”, comentó.
Además, habló de lo que sintió cuando ganaron la Champions. “Cuando llegué al vestuario después del partido ni siquiera tomé un sorbo de cerveza. No lo necesitaba. Me senté allí con una botella de agua en silencio, solo sonriendo. Volví a casa, mi familia y amigos se quedaron en nuestra casa y todos estaban de fiesta. Pero estaba tan emocionalmente exhausto que me fui a la cama solo. Mi cuerpo y mi mente estaban completamente vacíos. El mejor momento fue despertarse a la mañana siguiente y darse cuenta: ‘Sigue siendo cierto. Realmente sucedió’”, sentenció.
Por último, Klopp reveló que se ha sumado a la causa llamada ‘Common Goal’, que implica que dona el 1% de su salario para acciones benéficas. “Durante el año pasado, me inspiré mucho al ver a Juan Mata, Mats Hummels, Megan Rapinoe y muchos otros futbolistas unirse al movimiento Common Goal . Son más de 120 jugadores han prometido el 1% de sus ganancias para empoderar a las ONG de fútbol de todo el mundo. Seamos honestos, muchachos. Somos extremadamente afortunados. Es nuestra responsabilidad como personas privilegiadas devolver algo a los niños de todo el mundo que solo necesitan una oportunidad en la vida. Cualquier cosa que ocurra en un campo de fútbol no es un problema real. Debería haber un propósito más grande para este juego que los ingresos y los trofeos, ¿no?”, argumentó.
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