Todo sucedió después de conseguir el primer título tras nueve años de sequía con el Borussia Dortmund. Jurgen Klopp finalizaba su tercera temporada en el banco del equipo alemán y junto a sus jugadores se consagraba campeón de la Bundesliga en la temporada 2010-2011.
El extrovertido entrenador se prestó para el documental que está realizando Amazon sobre los "Negriamarillos" y recordó una anécdota que protagonizó después de los festejos dentro del campo.
"No recuerdo nada que tenga sentido. No estoy seguro de si alguna vez se lo conté a alguien", confesó el actual técnico del Liverpool acerca de aquella alocada celebración. "Me desperté en un camión dentro de un garaje. Solo. Lo recuerdo, pero no tengo idea de las horas previas", aseguró.
"Estaba realmente borracho, lo que pudo haber sido notable en algunas entrevistas", relataba el hombre de 52 años acerca de los festejos con cervezas dentro del campo que suelen darse sobre el final de la temporada en Alemania.
"Me desperté, salí del camión y me encontré en una gran sala de una fábrica. Luego crucé el patio y vi la silueta de un hombre. Así que silbé, porque puedo silbar bastante fuerte, y noté que la silueta se frenó un poco", relataba Klopp ante la cámara.
"Así que esperé y vi a Aki Watzke (Hans-Joachim Watzke, CEO de Borussia Dortmund). Así que Aki y yo éramos las únicas personas en este enorme patio", consideró.
Tras lograr el campeonato, la fiesta continuaba al día siguiente y ambos debían unirse al resto del equipo, que estaba celebrando en la ciudad. Las calles estaban cerradas, producto del operativo de seguridad por el paso del bus con los campeones. Ellos debían buscar la forma de llegar.
"Aki detuvo un viejo camión Mercedes en el camino. Era un tipo turco en una camioneta. Y Aki le dijo: 'Llévanos al Italiano'. 'No, no te llevaré allí' -respondió el tipo-. Entonces, Aki se metió la mano en el bolsillo, encontró 200 euros y le dijo: 'Lo harás'. Él vio el dinero y contestó que 'ok'", recordó Klopp.
Una vez adentro, "Aki se sentó al frente, yo me recosté. Intenté seguir durmiendo con mi cabeza hacia un lado, estaba un poco cansado. Pero seguía escuchando 'cluck, cluck, cluck'. ¿Qué está pasando aquí? Pensé que lo había soñado. Pero no. El baúl estaba lleno de pollos", concluyó el alemán. Un día que al parecer, jamás podrá olvidar.
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