Mauro Camoranesi es uno de los 23 nombres que hicieron historia en la Copa del Mundo de Alemania 2006. La proeza conseguida en la final ante Francia formará parte de la historia grande del fútbol por siempre, al igual que el contacto con sus ex compañeros, con los que integra un grupo de WhatsApp. Pero además, el ex mediocampista nacido en argentina y naturalizado italiano, se refirió a otros temas en una nota a El que abandona no tiene premio (Club 947): su particular encuentro con Cristiano Ronaldo en la Juventus, el desembarco de Daniele De Rossi en Boca y sus sueños como entrenador.
EL GRUPO DE WHATSAPP: "CAMPEONES 2006"
"Están todos los chicos que ganaron el Mundial y los dos técnicos. No son de mandar fotos obsenas ni molestan con memes, son más tirando a lo aburrido. Nos deseamos feliz cumpleaños, es muy tranqui. Uno está en China, otro en Estados Unidos. En cambio el que es más picante es el grupo del de padres del colegio de los chicos. En ese me río mucho y, cuando vamos a jugar, somos el equipo que más corre y más se hidrata después, ja".
LA ROJA A ZIDANE EN LA FINAL DEL MUNDIAL 2006
"¿Qué le dijo Materazzi? Algo de la hermana. Zidane era calentón. Es querido por todo el mundo, no pude jugar con él pero los pibes que sí lo hicieron, lo adoraban. Perfil bajo, muy callado, ganador y también calentón, no se quedaba en ser buen jugador y nada más. Si había que meter y pelearse, lo hacía"
SU ENCUENTRO CON CRISTIANO RONALDO
"La semana pasada llevé a mis hijos a un entrenamiento de la Juventus para sacarse fotos. Salió del vestuario medio desnudo y vi músculos que no había visto nunca, ja. ¿De dónde sacó esos músculos? Calculo que me conocía, no por ser campeón del mundo sino por haber jugado en contra. Pasa que uno cuando deja de jugar, se deforma un poco. A Cristiano no le llegué a pegar, pero era fácil jugar contra él. Cuando jugamos en selección lo único que hacía era tirarla larga y el doble paso. Lo de él era la velocidad. Jugaba contra la banda y sabías que lo tenías que acompañar".
LOS CRACKS LIONEL MESSI Y FRANCK RIBERY
"Llegué a enfrentar a Messi. ¿Si le pegué? Es que no llegaba. Es un crack ese enano. Ribery era uno de los que más me complicaba. Tenía mucha fantasía en espacios reducidos, siempre quería la pelota, tiro de afuera. Era 'que no patee, que no salte', era un quilombo. Con Roberto Carlos era lindo porque él era muy abierto, atacaba y te dejaba atacar. Pensabas que ibas a sufrir pero cuando tu equipo recuperaba la pelota te iba a dejar 30 metros de campo y en el uno contra uno no era tan bueno".
SU CRUCE CON MOSTAZA MERLO EN RACING
"No estaba jugando y un día le dije que para ver los partidos sentado tenía una televisión en casa. Es un divino y debe amar el fútbol como yo, pero vemos las cosas diferentes. Yo sentía que se podía hacer algo más para ayudar a los más jóvenes, me sentía responsable y soy medio bocón. Si fuera callado, no sería yo".
EL DESEMBARCO DE DANIELE DE ROSSI EN BOCA
"Me sorprendió que haya venido. Me lo imaginaba en Estados Unidos u otros mercados nuevos. Pasa que cuando pasás mucho en un club, no querés jugar en contra. Comenté el anteúltimo partido antes de que se vaya de Italia y lo boludeé diciéndole que íbamos a trabajar juntos en TV, el loco se cagaba de risa. Siente la adrenalina de querer competir. Le va a costar pero la va a venir bien".
SU SUEÑO FRUSTRADO DE JUGAR EN RIVER
"No es que me corto las venas pero me hubiera gustado. De los sueños que uno tiene no siempre se cumplen todos. Me faltó eso y ser campeón con Cruz Azul en México. Trezeguet, que es muy amigo y siempre me llamó para ir a todos los clubes que fue, me quería llevar a toda costa. De chico era hincha de River pero no era de llamar yo para decir 'quiero jugar acá'. Me gustó ir más a la tribuna cuando acompañé una vez a mi hijo, que es gallina también".
Este año, Camoranesi trabajó y vivió en Italia, donde además se recibió como entrenador para dirigir allí. Habla en castellano pero deja al descubierto cierta tonada italiana, aunque cuando le suena el teléfono celular tiene de ringtone un tango. Hizo "padecer" a su familia cuando tomó la decisión de volver al fútbol argentino pero explicó por qué lo hizo: "Soy de tomar decisiones apresuradas sin evaluar el futuro. Me tiro a la pileta y después me fijo si hay agua".
Ahora, persigue un sueño: ser director técnico. Y se ilusiona con ponerse algún día el buzo de DT de la selección argentina o italiana: "Hay 6 títulos del mundo entre las dos. Quisiera dirigir a cualquiera. Si me dan a elegir hoy por hoy, digo Argentina porque tener a Messi es una diferencia, es el plus".
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