Se jugaba el segundo minuto de adición de los cuatro que había dado el árbitro en la final de la Community Shield entre el Manchester City y el Liverpool, cuando Mohamed Salah escapó por el sector derecho y tuvo la oportunidad de gritar el 2 a 1.
El delantero egipcio, enganchó hacia el centro, para dejar en el camino a John Stones y definir de zurda cruzado. Su remate, fue bloqueado por el defensor inglés que se recompuso y fue al suelo, pero el efecto del balón volvió a ir para el jugador del Liverpool.
Salah saltó más que sus rivales y logró cabecear la pelota por encima del arquero Claudio Bravo, quien había quedado vencido en el suelo junto con Stones. Parecía que el gol era un hecho pero apareció Kyle Walker para despejar el esférico con una acrobacia sensacional que puso se pie a medio Wembley y ahogó el grito de la otra mitad del público.
La salvada del central se gritó como un gol por la afición del City y por los propios futbolistas, que corrieron para abrazarse a él, todavía tendido en el suelo tras el esfuerzo que significó la pirueta.
Su salvada le valió un título al equipo de Josep Guardiola que se terminó imponiendo en los penales (5-4), gracias a que el chileno Claudio Bravo le tapó el remate a Wijnaldum.
Es la segunda Community Shield consecutiva que conquista el Manchester City y la sexta en su historia.
"Ha sido un final increíble por parte de los dos equipos. Hemos tenido momentos realmente buenos, pero en los últimos 15 minutos estábamos agotados y ellos tuvieron ocasiones de ganar el partido", admitió el técnico catalán.
"Fue una buena prueba parta los dos. Es bueno para los jugadores que se den cuenta de lo que tendrán delante toda la temporada. En este nivel, la diferencia es nada, sólo un penal… Pero el primer título es para nosotros", se felicitó.
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