El costarricense Keylor Navas y el galés Gareth Bale apuntan a salir del Real Madrid este verano y el partido contra el Betis (que fue derrota 2-0) se anticipaba como una despedida para ellos, pero que acabó con un sabor bien distinto, ya que el guardameta pudo disfrutar del cariño de la afición desde el césped y el extremo ni siquiera salió a calentar.
El galés volvió a una convocatoria tras dos partidos ausente por decisión de Zinedine Zidane, pero tan solo se sentó en el banco de relevos, ya que no salió ni a calentar en otro gesto más del francés de que no cuenta con él de cara al futuro.
El '11' del Real Madrid se postuló como el jugador que debía dar un paso adelante tras la marcha de Cristiano Ronaldo al Juventus el pasado verano, pero no ha respondido a las expectativas debido a la inconsistencia y también en gran medida a las lesiones que se han vuelto a repetir este año, 23 desde su llegada a la capital de España. Una situación que le hizo ser el foco de las críticas y los pitos de la afición.
Además, la vuelta de Zidane al banquillo del Real Madrid fue un jarro de agua fría para el galés, que ya se vio sin sitio con el francés a final de la pasada temporada. Lo que hizo que tras la final de la Champions League hiciera unas declaraciones en las que ponía en duda su futuro en la disciplina blanca.
Tras las decisión del técnico, Bale entró al vestuario enojado y habló con algunos de sus compañeros. Según el medio español Radio Estadio el galés dijo: "Me quedan tres años en mi contrato. Si quieren que me vaya, tendrán que pagarme 15 millones por temporada. Si no, me quedaré aquí. Y si tengo que jugar al golf, lo haré".
En conferencia de prensa, Zidane defendió su postura y aseguró: "Yo soy el que está aquí día a día y tomo las decisiones y cuando hay algo que no me gusta o no me cuadra… Ha logrado muchas cosas aquí, pero no vivimos del pasado. Es el presente y en base a eso tomo las decisiones"
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Con información de EFE