Cuando el Barcelona festejó el 3 a 0 conseguido en el Camp Nou, ni el más pesimista de los simpatizantes blaugranas se imaginó la catástrofe que lo esperaba en Anfield. El Liverpool jamás dio por finalizada la serie de las semifinales de la Champions League y así lo demostró en su presentación ante su gente.
El prematuro gol de Origi a los 7 minutos del primer tiempo fue un golpe que dejó sin reacción al combinado catalán. A pesar de la diferencia adquirida en su casa, los de Ernesto Valverde no tuvieron ninguna reacción, ya que en el inicio del complemento Wijnaldum extendió la diferencia para que los simpatizantes británicos sueñen con la hazaña.
Sólo pasaron 120 segundos para que la gesta sea posible. La combinación del holandés con Shaqiri derivó en el 3 a 0 que igualó la llave en el Reino Unido. Los rostros de preocupación de los protagonistas españoles mutaron hacia la desilusión cuando los de Jurgen Klopp lograron llegar a la red por cuarta vez.
En una escena ajena a la de un partido internacional de tanta importancia, la picardía de Alexander Arnold y la desconcentración de los defensores del Barcelona concluyeron con la gesta histórica que le permitió al Liverpool acceder por segunda vez consecutiva a la final de la Liga de Campeones.
El tanto del belga Origi permanecerá en el recuerdo del fútbol mundial como una nueva hazaña en el campeonato más codiciado del continente europeo. Lejos de cualquier pronóstico, el elenco inglés se impuso por 4 a 0 y terminó con el sueño catalán.
Así, el primero de junio Klopp tendrá la oportunidad de tomarse revancha de lo que sucedió en la edición pasada, cuando el combinado británico cayó por goleada ante el Real Madrid por la responsabilidad de Loris Karius. A la espera de un nuevo rival (Tottenham o Ajax), el Liverpool tendrá una nueva oportunidad de volver a la cima de Europa, y en este caso cuenta con otro arquero.
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