La hazaña del Liverpool en Anfield ante Barcelona dejó boquiabiertos a todos los simpatizantes del fútbol a lo largo del mundo. El club inglés se despachó con un 4-0 para dar vuelta la serie y así clasificarse a la final de la Champions League, remontando así el 0-3 en el Camp Nou.
Claro que la alegría no solo se hizo presente en el vestuario de los dirigidos por el alemán Jürgen Klopp, sino también en todos aquellos apostadores que confiaron en la remontada de los Reds, ya que las sumas que pagaba dicha opción eran más que generosas.
Las distintas casas de juego de eventos deportivos daban como favorito al Liverpool para este choque, sin embargo, todas establecían en sus apuestas que el elenco catalán era el que mayor posibilidad tenía de ganar la llave.
La cifra promedio que repartían ante una eventual clasificación del equipo local era de 11 por cada euro invertido. Claro que en caso de arriesgar un resultado exacto bajo la misma premisa, el número de ganancia aumentaba. El 3-0 multiplicaba el dinero invertido 29 veces; mientras que el 4-0 pagaba una suma de 38. En conclusión, aquel que apostó 1.000 euros a los cuatro goles de distancia, embolsó 38.000 euros.
Con las manos vacías se quedaron los que se inclinaron por el equipo de Lionel Messi: un triunfo del visitante otorgaba 2.75; un 1-0 pagaba 12; y un 2-0 a favor del culé daba 17. Tampoco se llevaron su premio los que intuyeron que la Pulga marcaría, acción que pagaba 2.20 si el argentino sumaba al menos una diana.
Entre algunas de las curiosidades que se podían apostar estaba la de si el partido se abría con un gol de penal, suceso que abonaba 8.50 por cada euro invertido.
Estos números tan elevados no solo tuvieron como causa el hecho de que la ventaja obtenida por el Barcelona en el duelo de ida, y su calidad futbolística, hacían que la remontada era muy difícil. Las estadísticas también desestimaban la gesta, ya que en la historia de toda la Champions League apenas dos equipos habían logrado remontar un llave de semifinal luego de perder por tres goles o más en el choque de ida.
El 4-0 de Liverpool, marcado por Origi, tras una "avivada" de Alexander Arnold
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