Cuando puso un pie en la Premier League, prácticamente no hablaba inglés. Viajó desde Barcelona con una lista de palabras relacionadas al fútbol que le habían traducido su esposa y sus hijos. Mauricio Pochettino estaba muy lejos de ser considerado uno de los mejores entrenadores del mundo. Había sido contratado por el Southampton sin tener pergamino alguno en el club o incluso en la liga. Más que por ser el ex entrenador del RCD Espanyol, era más factible que lo conocieran como el autor del penal a Michael Owen que David Beckham cambió por gol en el Mundial de Corea-Japón 2002. Aquel duelo en Sapporo fue un capítulo más de la hostilidad entre argentinos y británicos que inició con la guerra de Malvinas. La 'Mano de Dios' y el gol de Maradona en el '86, o el triunfo argentino por penales en Francia '98, hicieron sangrar una herida que sigue abierta. Aún la soberanía de las islas es motivo de discordia, lógicamente lo eran en aquel enero de 2013, y quizás explique por qué Pochettino se convertía apenas en el segundo argentino en ser director técnico en la élite del fútbol de Inglaterra tras las experiencias de Osvaldo Ardiles en el Tottenham, club que ahora tiene a 'Poch' como líder.
Ni Ardiles, quien tuvo dos etapas como DT en el norte de Londres sin grandes resultados, ni ningún otro argentino han logrado influir en el fútbol inglés como lo ha hecho Pochettino. Desde que se unió a los Spurs en 2014, cambió los bajos rendimientos por aspiraciones a ganar títulos. Ha forjado un estilo de juego intenso, incisivo, atractivo y dinámico que potenció a la entidad e incluso alimentó a la selección inglesa. Haber eliminado al Manchester City de Pep Guardiola de la UEFA Champions League acrecentó todavía más su figura, que ya está posicionada entre la de los mejores técnicos del mundo.
Pochettino, nacido en Murphy (Santa Fe) hace 47 años, cumplió su primera década como entrenador hace pocos meses. Sus inicios como estratega fueron en el RCD Espanyol de Barcelona, donde había tenido dos etapas como jugador –fue campeón de la Copa del Rey en cada una de ellas– y se retiró en 2006. "La alegría más grande que he tenido fue cuando nos salvamos del descenso en Almería con el Espanyol", dijo tras conseguir la clasificación a semifinales de Champions League en Mánchester. Fue allí donde Ernesto Valverde, actual técnico del Barça, lo empujó a dejar de jugar y él inició su preparación para ser DT.
Tomó las riendas del equipo en enero de 2009 y su primera victoria de Liga como entrenador fue nada más y nada menos que en el clásico catalán, en el Camp Nou, contra el Barcelona de Pep Guardiola. Luego salvó al equipo del descenso consiguiendo ocho triunfos en los últimos 10 partidos. Se quedó hasta noviembre de 2012. Al mes de marcharse de Cornellà-El Prat, el Southampton apostó por su capacidad de conducción y tuvo recompensa: Pochettino aseguró la permanencia en la Premier League y logró un decoroso 8° puesto a siguiente campaña, donde le ganó al Liverpool en Anfield y empató con el Manchester United en Old Trafford, entre otros grandes resultados.
Daniel Levy, presidente del Tottenham, seducido por su capacidad de mejorar un equipo sin grandes recursos y fogonear a jóvenes talentos (Lallana, Shaw, Jay Rodríguez, Lambert y Chambers, entre otros), le ofreció trabajo en mayo de 2014. Firmó en aquel momento el segundo contrato más alto para un DT argentino en el mundo, sólo superado el que ese mismo mes rubricó en Marsella un viejo conocido suyo: Marcelo Bielsa, el hombre que una madrugada tocó la puerta de su casa en Murphy y convenció a sus padres de que sea jugador de Newell's Old Boys. Bielsa y Pochettino fueron campeones de la liga argentina dos veces, se reencontraron en el Espanyol y también compartieron vestuario en la Selección Argentina. Cualquiera podría pensar, sobre todo al ver el fútbol que proponen actualmente los Spurs, que el gen bielsista está en 'Poch', pero él no coincide. "El que no me conoce seguramente dirá que soy bielsista, porque Bielsa me ha dirigido muchos años y tengo muchos rasgos de él. Pero no creo ser un entrenador con la formación de la línea de Marcelo", dijo en a la revista Un Caño en 2013.
A diferencia de Bielsa, que nunca estuvo más de dos o tres temporadas a cargo de un club, Pochettino ha demostrado ser un entrenador a largo plazo. Tras la salida de Arsène Wenger del Arsenal FC, se convirtió en el entrenador con más años en el cargo de los equipos del Top 6. Levy dio en la tecla con su contratación, ya que encontró al hombre capaz de hacer explotar el potencial de un club que siempre rindió por debajo de sus posibilidades y le permitió poner los recursos financieros a disposición de la construcción de un nuevo estadio sin perder competitividad: en el ciclo de Pochettino, los Spurs fueron 5° (2014/15), 3° (2015/16), 2° (2016/17), 3° (2017/18) en la liga inglesa y actualmente están en el podio a cuatro partidos de terminar el torneo, con el aliciente de ser el equipo que menos invirtió en fichajes.
Mientras que Bielsa suele estar muy obsesionado en cómo juegan sus oponentes, Pochettino se concentra mucho más en cómo lo hará su propio equipo. Su estilo y su filosofía de juego están por encima del sistema. Su módulo predilecto es el 4-2-3-1, aunque también ha jugado 3-5-2 o 5-3-2, y en pocas ocasiones utilizó el 4-1-4-1 y el 3-4-2-1. Más allá del esquema, la estrategia está bien definida.
Sus extremos atacan por dentro y dando espacio a la proyección de los laterales profundos, quienes dan amplitud en ataque. Los integrantes del trío de volantes ofensivos tienen mucha movilidad y buscan ser opción entre líneas en las transiciones. Su Tottenham se siente cómodo con la posesión y acostumbra buscar el juego vertical en el último tercio del campo. Los intercambios constantes de posiciones para generar oportunidades son primordiales en esa zona.
Cuando llegó a los Spurs, Harry Kane era un joven opacado por Roberto Soldado y Emannuel Adebayor. Preguntó que necesitaba para jugar y el DT argentino le sugirió bajar de peso y entrenarse mejor. Hoy su emblema en ataque, se retrasa e influye fuera del área, además de abrir el espacio para el mediapunta Heung-Min Son y los 'falsos extremos', Dele Alli y Christian Eriksen. Al momento de defenderse, ejercen una presión alta y los mediocampistas defensivos se reparten el trabajo: Eric Dier o Sissoko se acopla a la zaga central y Victor Wanyama o Harry Winks cubren el carril de pase por donde atacan los rivales. Son algunos de los rasgos distintivos que han llevado al Tottenham al éxito. Y también a la selección inglesa.
Kane, Alli, Dier, y los laterales Kieran Trippier y Danny Rose, jugadores de Pochettino, le permitieron al seleccionador inglés Gareth Southgate montar en el combinado nacional un ecosistema similar al de los Spurs y alcanzar las semifinales del Mundial de Rusia 2018, instancia del certamen en la que el Tottenham fue el club con más jugadores. Al quinteto inglés se le sumaron Alderweireld, Vertonghen y Moussa Dembele (Bélgica), además del arquero Hugo Lloris, capitán de 'Poch' y campeón del mundo con Francia. Los 9 pupilos del DT argentino eran más que los jugadores del City y el United (7), y del Chelsea (6).
La gestión de Pochettino, basada en la meritocracia de jugadores versátiles, talentosos y sacrificados que se adaptan a su sistema, permitió al Tottenham finalizar las obras de remodelación para el nuevo White Hart Lane, que mejorará notablemente sus ingresos. Además, atrajo dos grandes contratos a nivel patrocinio: USD 32 millones anuales de Nike y otros 20 millones de AIA, el principal sponsor del equipo. A nivel estructural, ya no es el mismo club de hace 15 años. Tampoco a nivel deportivo. Los resultadistas dirán con mucha razón que no ha levantado ningún trofeo, pero… ¿Quién hubiera pensado hace cinco temporadas que los Spurs eran capaces de instalarse en el podio del fútbol inglés cada año y acceder a una semifinal de 'Champions' cargándose al City de Guardiola en cuartos?
Desde el 2016, el Tottenham no le ganaba al Manchester City. Pero Pochettino puso su sello para conseguir una histórica clasificación a semifinales de la Champions League. En el primer partido de la serie, Le rodeó constantemente la 'manzana' a Fernandinho para entorpecer la circulación y la gestación del City. Rose y Trippier lastimaron por las por bandas, mientras que Ali y Eriksen explotaron las espaldas del doble pívot rival. Lloris le tapó un penal a Agüero y Son marcó el 1-0 que abrió la esperanza de avanzar de fase. En el desquite, donde el VAR tuvo una gran influencia, Pochettino explotó los espacios en el golpe por golpe del inicio y luego cambió a tiempo a un 4-4-2 más ortodoxo para frenar la superioridad en las bandas del City. El pitazo final lo encontró con un 4-3 adverso en el marcador, pero con la clasificación en el bolsillo y fundiéndose en un abrazo con Miki D'Agostino, Toni Jiménez y Jesús Pérez, sus asistentes técnicos.
Es la primera vez que el Tottenham está entre los cuatro mejores de la Champions League desde 1962 y su rival será el Ajax, que dio el golpe ante la Juventus de Cristiano Ronaldo. "El fútbol es impredecible. De la forma en que juega el Ajax, creo que será un partido abierto, ofensivo, emocionante, serán dos partidos fantásticos. Estoy listo para disfrutarlo, como lo hice esta noche y la semana pasada", dijo Mauricio Pochettino en rueda de prensa con inglés muy fluido. Ya no es el argentino que le hizo un penal a Michael Owen hace casi 17 años. Es uno de los mejores entrenadores del mundo. Y el Tottenham, una potencia en Europa.
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