La temporada del Real Madrid está lejos de ser la esperada por Florentino Pérez, quien volvió a realizar un golpe de timón al contratar a Zinedine Zidane, ganador de tres Champions League en forma consecutiva en la entidad española.
El director técnico francés reemplazó al argentino Santiago Solari, quien asumió a mitad de temporada para sustituir a Julen Lopetegui.
Tras quedar afuera de la Champions League en octavos de final a manos de Ajax, en semifinales de la Copa del Rey contra Barcelona y mirar desde lejos la cima de La Liga (a 12 de Lionel Messi y compañía), Florentino Pérez tiene en mente sacudir el mercado de pases.
El primero en llegar a la Casa Blanca fue el marcador central brasileño Militao. Real Madrid le abonó a Porto los 50 millones de euros de la cláusula de rescisión. Sin embargo, los próximos movimientos que planea realizar el conjunto español modificarán el mapa internacional.
Según la portada de L'Equipe, el Merengue está dispuesto a pagar 500 millones de euros para hacerse con los servicios de tres viejos anhelos: Kylian Mbappé, Eden Hazard y Paul Pogba.
El caso más complejo de los tres -y el que más dinero demandaría- es el del delantero del Paris Saint Germain, quien ya estuvo a un paso del Real Madrid a mediados de 2017 (lo convenció de mudarse a la capital francesa el argentino Luis Marcos Ferrer).
Zizou habló con el goleador y le hizo saber su deseo de contratarlo. Hace unos días la revista France Football aseguró que los españoles pagarían 280 millones de euros por su ficha, lo que lo convertiría en el pase más caro de la historia del fútbol, superando los 222 millones de euros de Neymar.
El hombre del Chelsea es una de las grandes debilidades de Zidane. El estratega francés lo pidió en el pasado y durante las negociaciones para su vuelta le dejó en claro a Florentino Pérez su deseo de contar con el belga, quien manifestó públicamente sus ganas de vestirse de blanco. El principal inconveniente radica en la sanción al Chelsea -(no podrá inscribir jugadores en las próximas dos ventanas de mercado). Los ingleses, ante este panorama, no tienen intenciones de desprenderse de su principal figura.
El mediocampista francés, tras ser ofrecido a varias instituciones durante su conflicto con José Mourinho, resurgió con el desembarco de Ole Gunnar Solskjær al banco de suplentes de Manchester United. En 2016 los Diablos Rojos pagaron por su ficha 105 millones de euros.
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