El arbitraje y, sobre todo el sistema del VAR, fueron los principales protagonistas durante el primer tiempo del partido que Valladolid y Real Madrid disputaron en el estadio Munciipal José Zorrilla por la fecha número 27° de la Liga de España.
En un encuentro enmarcado en la profunda crisis futbolística que vive "El Merengue", el conjunto local intentó aprovecharse de la debilidad anímica de su rival y salió decidido a lastimarlo. A los 12 minutos ya contó con un penal, pero Rubén Alcaraz elevó su remate y no pudo abrir el marcador.
Sobre los 14′ llegó la primera acción controversial. En un ataque, Valladolid abrió la pelota por la derecha para el avance de Keko, que mandó un centro que Sergi Guardiola conectó al gol. En primera instancia, el árbitro Jesús Gil convalidó la conquista, pero desde el VAR solicitaron su revisión. El juez se acercó hasta el monitor a un costado del campo de juego y constató que el número 24 estaba en posición adelantada antes de mandar el pelotazo al área. Finalmente, anuló el tanto.
Entre la jugada y la decisión del árbitro se produjo una imagen insólita. La televisión enfocó la sala en la que se sitúan los jueces encargados del VAR: la oficina estaba vacía y la mayoría de los monitores estaban apagados.
Solo cuatro minutos después, el centro enviado desde la izquierda cayó en el corazón del área del Real Madrid y, una vez más, Guardiola cabeceó para mandar la pelota al fondo de la red. En esta ocasión, inmediatamente, el juez de línea marcó el offside y Gil fue a revisarla. Las imágenes confirmaron que el delantero estaba adelantado. El encuentro continuó 0-0.
En su cuarto intento concreto, Valladolid por fin pudo adelantarse. A los 29′ Anuar Tuhami dispuso el 1-0. Poco le duró la alegría a los locales, ya que Raphael Varane marcó la igualdad cinco minutos después.
Ya en el segundo tiempo, Karim Benzema apareció en dos ocasiones para poner en ventaja a la visita y, en el cierre, Luka Modric decretó el 4-1 definitivo.
Con este resultado, el conjunto "Blanco" obtiene algo de oxígeno en días turbulentos: a sus dos caídas consecutivas en los clásicos ante el Barcelona, se sumó la eliminación de la Champions League a manos del Ajax de Holanda. La seguidilla de resultados adversos pusieron en la cuerda floja al entrenador Santiago Solari, quien hoy ganó cierta calma.
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