La tirante relación entre Mauro Icardi y el Inter llegó a su punto más álgido. Tras los rumores de supuestas exigencias para volver a jugar con la camiseta neroazzurra o la intención de Juventus de intentar sacarle provecho a este conflicto, el nuevo epicentro de la novela pasó a ser la lesión que acusa el delantero.
El argentino no estuvo presente en el partido de ida de los 16avos de final de la Europa League ante Rapid Viena (según el director técnico Luciano Spalletti se bajó de la nómina de concentrados pocos minutos después de saber que le quitaron la cinta de capitán para dársela al esloveno Samir Handanovic) y tampoco en la victoria ante Sampdoria como local por la competición doméstica.
Desde que se conoció la decisión del club de quitarle el brazalete, Icardi no volvió a entrenar con el grupo. Todos los días hizo fisioterapia a raíz de una dolencia en su rodilla derecha. Sin embargo, los resultados de los estudios arrojaron que el delantero se encuentra en óptimas condiciones físicas.
Las constantes negociaciones sobre el futuro del jugador y los reclamos de Wanda Nara, esposa y representante del rosarino, en la puja por la extensión del vínculo la alejaron del combinado de Milán que no logró el objetivo de avanzar a los octavos de final de la Champions League y ahora busca la consagración en el certamen de segundo orden continental.
Como se hizo en los últimos dos compromisos, el entrenador Luciano Spalletti decidió no contar con el atacante para la revancha contra el combinado austríaco (el partido se disputará el jueves a las 17 hora de Argentina) y su lugar volverá a ser ocupado por Lautaro Martínez, el ex Racing que anotó el único tanto que le dio la victoria al Nerazzurro en el primer cruce. El futuro de Icardi parace estar lejos del Inter.
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