El entusiasmo por el anuncio de una final italiana en territorio saudita fue pronto oscurecido con la revelación de que solo una parte de las plazas serían accesibles para las mujeres, las de la categoría "familias", mientras que el resto estaban reservadas para los hombres.
Pese a las restricciones, algunas estimaciones arriesgaron que unas 15.000 mujeres entraron al Estadio del Rey Abdulá (con capacidad para 62.000 espectadores), acompañadas por hombres o por niños.
Con las caras pintadas y con banderas y bufandas de los dos equipos participantes (Juventus y Milan), disfrutaron del fútbol y el gol de Cristiano Ronaldo, con el que la Juventus conquistó el título, hechos que pueden haber servido para derribar barreras en el reino ultraconservador.
"Una noche maravillosa, una fiesta para el deporte en un estadio lleno. Espero que sea el inicio de una revolución social en este país". El presidente de la Liga italiana Gaetano Micciche no escatimó elogios hacia la Supercopa italiana organizada este miércoles en Arabia Saudita.
Así, el ejecutivo intentó acallar las numerosas críticas que circularon en los días previos. "Que la Supercopa de Italia se juegue en un país islámico donde las mujeres no pueden ir al estadio si no están acompañadas por hombres es triste: este partido no lo miraré", afirmó el ultradrechista Matteo Salvini, ministro del Interior y hombre fuerte del gobierno.
Para Gaetano Micciche, la presencia de mujeres en un estadio saudita quedará para la historia de este país, que autorizó por primera vez a las mujeres asistir a una competición internacional.
Las mujeres han podido acudir a algunos partidos organizados en Arabia Saudí desde una decisión tomada en enero de 2018, pero siempre en sectores bien precisos del estadio.
(Con información de AFP)
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