Corría el minuto 17 y el partido estaba igualado con el marcador en blanco. El espectáculo de ida y vuelta que se vivió en el Etihad Stadium tuvo su momento más insólito cuando el Liverpool generó una clara ocasión de gol, que no se concretó por un milagro.
Una pared construida entre Mohamed Salah y Roberto Firmino le dio la posibilidad a Mané de definir en soledad ante la veloz salida de Ederson Moraes. El rebote en el palo fue la primera muestra de la desgracia que vivió el elenco de Klopp, dado que en la misma escena el inglés Stones intentó despejar con un violento remate que encontró la cabeza de su propio arquero.
El blooper hizo reaccionar al central, dado que en una gran muestra de reflejos, el británico logró evitar la conquista ajena con otro despeje sobre la línea de meta. Las dudas se instalaron sobre si la pelota ingresó del todo o no al arco de los ciudadano. Sin embargo, el árbitro Taylor dejó seguir la acción y despojó los reclamos de manera determinante.
El Liverpool lidera la Premier League, seguido por el Tottenham y el Manchester City. Los de Klopp llegaron al compromiso de la semana 21 con la misión de extender la diferencia, mientras que los de Pep tienen como misión recortar la brecha con el puntero para soñar con el título.
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