* La palabra de la goleadora
“Es un premio al mérito de haber llegado hasta acá. Da mucha impotencia saber que lo teníamos ahí. Da mucha bronca, se nos escapó. Estoy muy enojada”. Agustina Gorzelany hizo historia con la selección argentina: se consagró goleadora del Mundial de hckey sobre césped con ocho conquistas, marca top para una representante albiceleste en este tipo de competencias. Sin embargo, la impotencia por la final perdida por 3 a 1 ante Países Bajos en Terrassa, España, le ganó al reconocimiento.
“Es un mimo, pero hubiese preferido levantar la copa. Si tengo que buscar algo positivo, me quedo con eso. El esfuerzo del equipo, llegar a una final, tengo que masticar la bronca. Seguiremos adelante porque esto es así, añadió en diálogo con ESPN.
“Emoción, la verdad que me hubiese gustado no ganar el premio y tener al equipo levantando la copa. Es un mimo, me genera mucha felicidad el reconocimiento, es una demostración del esfuerzo. Vamos a buscarle el lado positivo con eso y masticar la bronca”, concluyó.
Detrás de Agustina Gorzelany hay una historia conmovedora. Elegida como una de las seis mejores jugadoras del mundo por la FIH, las esperanzas ofensivas de Argentina crecieron cada vez que cargó la barra de potencia en un córner corto. La defensora de 26 años fue uno de los recursos clave de la Albiceleste. Y tuvo la gran fuente de inspiración en su padre.
Surgida en el Club San Martín, uno de los secretos que forjaron su personalidad dentro de la cancha es la influencia directa de Alejandro Gorzelany, su papá. “Soy hija de un héroe de la Argentina. Mi papá fue a la guerra y dejó todo por nuestro país. ¿Cómo no voy a pelear la última pelota como si fuera la última?”, había dicho hace un tiempo en una entrevista con CNN Radio. En su perfil de Instagram se pueden apreciar varios posteos dedicados a su padre y contando la historia detrás de quien viajó a Malvinas en 1982.
Agustina tomó el número 3 que todavía luce en la parte de atrás del casco de su figura paterna y lo estampó en su camiseta desde ese entonces. Lo más llamativo es que Alejandro lo había perdido en las Islas Malvinas y por un contacto vía Facebook con un inglés logró recuperarlo: 36 años después del conflicto bélico, el veterano británico Edward Goodall lo invitó a su casa en Plymouth para devolvérselo y crear un lazo de amistad.
“Perdí el casco cuando fue la rendición, después de varios días en los que nos tuvieron en unos galpones, caminamos por la ruta que iba al aeropuerto. Ahí había pilas de fusiles, municiones, cinturones y cascos de los soldados argentinos. Te obligaban a tirar todo y en el momento en el que me deshice del casco, me quedé con la funda”, relató Alejandro en charla con infobae a la hora de recordar las pertenencias que lo acompañaron en las islas. Que Agustina utilice dicho número en la espalda ya es parte de una herencia familiar: “Los recuerdos de la guerra son la historia viviente que descansará en mi casa. Son la representación de lo que pasó para mis hijos, para mi familia y para los nietos que vendrán”.
Con dos Copas Panamericanas, una Pro League, una medalla dorada en los Juegos Suramericanos Cochabamba 2018, una plateada en los Juegos Olímpicos Tokio 2021 y otra de bronce en el Champions Trophy 2018, Gorzelany sumó la medalla de plata en el Mundial, un enorme mérito más allá del tropiezo en la definición.
* El octavo gol de Gorzelany en el certamen
Después de ganar la Copa Panamericana y la FIH Pro League en forma invicta (con 13 victorias y sólo tres empates), Las Leonas vieron detener su racha en la final del Mundial y no pudieron alzar su tercer galardón después de haber sido campeonas en Perth 2002 y Rosario 2010. Pero son muchísimos los puntos positivos, como el gran torneo de Gorzelany, el arma letal de Argentina en los córners cortos.
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