*El llanto de Guardiola y la alocada invasión de campo
El Manchester City volvió a alzar el trofeo de la Premier League, no sin sufrimiento. Es que hasta el minuto 75 perdía 2-0 ante el Aston Villa y el Liverpool estaba a apenas un gol de arrebatarle el festejo. Sin embargo, en apenas cinco minutos logró revertir el resultado y garantizarse la fiesta, en una temporada en la que no había podido celebrar ni en la FA Cup, ni en la Carabao Cup ni en la Champions League, donde había quedado eliminado a manos del Real Madrid en una serie increíble, que parecía tener asegurada.
Cuando las tensiones carcomían la imaginación de los jugadores Ciudadanos y el público exhibía señales de impaciencia, a los 76′ un centro desde la derecha encontró la irrupción del ingresado Gündogän para el descuento. Casi inmediatamente, a los 78, Rodri sacó un remate rasante y colocado desde afuera del área para que el elenco de Pep Guardiola volviera a creer. Y la locura total se desató a los 81, con el segundo tanto del alemán y la garantía de que la estrella, una vez más, quedaría bordada en la casaca del Man Blue.
Tal fue la tensión concentrada, con la definición del título resuelta en los últimos instantes del pleito (esta vez, a diferencia de lo sucedido en la llave ante el Real Madrid, el City le quitó ritmo al epílogo, buscando enfriar el pleito), que Guardiola rompió en llanto apenas escuchó el silbatazo final, en medio del abrazo con sus colaboradores. Y marchó corriendo hacia el vestuario.
* La destrucción de uno de los arcos del Etihad stadium
En ese momento, no consiguió ver la locura total que se desató en el Etihad Stadium. Los aficionados invadieron el campo de juego y un hormiguero cubrió el césped, como símbolo de lo que representó el desahogo. Y varios intentaron llevarse algún souvenir. Así fue que la red fue trozada y los parantes de uno de los arcos terminaron destruidos.
Luego, sí, fue tiempo de la premiación y el orden fue reestablecido. Y se dieron las típicas imágenes de la entrega de medallas y del plantel en pleno alzando el cetro, que llevó luego de un vibrante mano a mano con el Liverpool que hizo las delicias de los espectadores hasta el último suspiro.
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