Una acción desafortunada ocurrió en el final del Gran Premio de Miami de la Fórmula 1 que tuvo el triunfo de Max Verstappen. A falta de dos giros Mick Schumacher lo tocó a su amigo y compatriota Sebastian Vettel, con quien tiene una gran relación de varios años y el vínculo se remonta a la niñez del hijo del Kaiser.
El hijo menor del Kaiser comenzó su camino en el automovilismo bajo todos los prejuicios y comparaciones y más allá de su apellido se ganó un lugar. Sigue estando bajo los ojos de todos, pero Vettel lo arropó para darle tranquilidad a un joven que atraviesa un tsunami de sensibilidad a raíz de lo que pasó con su padre y las presiones de debutar en la F1.
Schumacher junior se estrenó en 2021 con el peor auto de la grilla, un Haas, que cuenta con motores Ferrari, que a su vez tiene a Mick en su programa de pilotos llamado “Ferrari Driver Academy”. Los resultados no llegaron y fue una temporada a puro aprendizaje. En 2022 el panorama cambió ya que Ferrari tiene el mejor motor a combustión y sus equipos satélites, Alfa Romeo y Haas, pegaron un salto de calidad. El compañero de Schumacher, Kevin Magnussen, logró sumar puntos y Mick se vio en la obligación de hacerlo. Estuvo cerca de conseguirlo en Miami, pero un pecado de juventud se lo impidió con el agravante de perjudicarlo a Vettel.
Faltaban solo dos giros y al llegar a la primera curva el chico de 22 años llegó pasado y lo tocó a Vettel, cuyos daños en su Aston Martin lo obligaron a abandonar, incidente que puede verse en el resumen de ESPN. Por ahora no hubo una sanción a Schumacher, que terminó 15°. Tampoco declaraciones de ambos, aunque todo hace suponer que lo charlarán en privado, como hacen los buenos amigos.
Justamente Michael Schumacher es el ídolo y gran referente de Vettel, que desde sus inicios en el karting se acercó el séptuple campeón mundial para pedirle consejos y aprender en el largo y difícil camino para poder llegar a la F1. Aunque Schumi nunca reparó en absoluto y siempre que pudo se acercó a las pistas de karting para charlar con sus pequeños compatriotas.
Cuando Seb llegó a la F1 en 2007, el Kaiser se había retirado, pero siguió de cerca todo lo que ocurrió en la categoría ya que continuó vinculado a Ferrari y fue común verlo con su mujer, Corinna y sus dos hijos, Mick y Gina-Maria. Más distendido y en un clima familiar, Schumi compartió más tiempo con sus ex colegas.
Vettel en 2008 ya fue ganador y cuando se impuso en Monza con un Toro Rosso y fue -en ese momento- el vencedor más joven de la historia en la categoría con 21 años, récord que luego fue superado por Verstappen en 2016 (18 años), marca que será muy difícil de batir. Seb no tardó en ser promovido por el programa de pilotos de Red y llegó al equipo mayor y logró el primero de sus cuatro títulos en 2010.
Por entonces Mick tenía 11 años y más allá de que su padre retornó a la Máxima de la mano de Mercedes, su ídolo era Vettel, ese joven maravilla que deslumbró a todos y consiguió una corona con apenas 23 años y todavía es el campeón más precoz de la historia, con 23 años, 4 meses y 11 días, contra Lewis Hamilton (2008), con 23 años, 9 meses y 26 días.
Los cuatro campeonatos al hilo de 2010 a 2013 y con Mick en plena adolescencia, el póster de Vettel fue cada vez más grande. El drama que vive la familia Schumacher desde finales de 2013 con el accidente de esquí de Michael acercó a Seb para brindarles contención y en el caso de Mick aconsejarlo de la mejor manera.
Se hicieron amigos y compartieron eventos como partidos de fútbol a beneficios o hasta el mismo auto en la Carrera de Campeones, un evento que se hace en el receso de la F1 con autos todo terreno y mano a mano dentro de un estadio.
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