River Plate y Fortaleza disputaron un gran primer tiempo en Brasil. El encuentro correspondiente a la cuarta fecha de la fase de grupos de la Copa Libertadores se abrió rápidamente a favor del local por el tanto de Silvio Romero a los cuatro minutos. La visita niveló a los 17′ por intermedio de Enzo Fernández de penal, tras una clara infracción sobre Tomás Pochettino dentro del área.
A partir de entonces, el juego se tornó de ida y vuelta y con claras desatenciones defensivas. Fortaleza suele sufrir este tipo de desajustes, pero no así River Plate por lo que Marcelo Gallardo les indicó en reiteradas ocasiones al mediocampo que presionara en bloque, con líneas juntas y que los defensores estén atentos a sus espaldas. Y estos cuatro futbolistas de la última línea, Andrés Herrera, Paulo Díaz, David Martínez y Milton Casco, se llevaron otro reto extra: el de Franco Armani.
Palabra más que autorizada la del arquero millonario, que tuvo que trabajar y mucho durante los primeros 45 minutos. Armani tuvo cuatro tapadas espectaculares, que le permitieron a su equipo irse al descanso con un empate 1-1, que por las acciones de juego termina siendo más que positivo porque dejan al Millonario con el partido abierto para intentar dar el golpe en el complemento.
Luego de algunos encuentros en los que generó dudas, Franco Armani recuperó la memoria con cuatro tapadas memorables, las primeras tres fue ante Lucas Lima. La primera fue a los 24 minutos, tras un gran contragolpe del local que los tuvo cuatro atacantes contra tres defensores. El remate cruzado se encontró con los pies del arquero argentino para despejar a tiempo. La siguiente fue un minuto después, por un remate desde la puerta del área muy violento que Armani sacó al córner con las manos.
Diez minutos después, cuando River Plate seguía sin poder hacer pie, Lucas Lima nuevamente tuvo el gol en sus pies. Esta vez ingresó al área con comodidad y remató a colocar al segundo palo de Franco Armani. Hasta allí voló el guardameta y sacó al córner lo que era gol cantado y a mano cambiada. La última de esta etapa fue a los 39, esta vez fue por un estupendo cabezazo de Tinga, que se encontró con una mejor respuesta del arquero de River Plate, para manotear con la derecha y salvar nuevamente a su equipo.
En el complemento, Armani no fue tan exigido como en la primera mitad. Sin embargo, cada vez que el equipo lo necesitó, respondió. Sus salidas para cortar abajo fueron muy seguras, quedándose con la pelota en varios momentos y sin cometer penal.
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