*El discreto festejo de la hinchada del París Saint Germain en el primer gol de Neymar
El parón internacional fue un soplo de aire fresco para el París Saint Germain tras la eliminación en la Champions League y la dura caída frente al Mónaco en la Ligue 1. Tres semanas después de los abucheos y silbidos a todos los jugadores del primer plantel en el duelo frente al Bordeaux, el público del Parque de los Príncipes no mostró arrepentimiento a la actitud que fue condenada por todo el mundo del fútbol, aunque cambió el patrón de la protesta.
Los ultras del PSG habían comunicado en la semana la postura que tomarían en el enfrentamiento contra el Lorient por la fecha 30 de la Ligue 1. En la víspera del partido, la COPA rompió el silencio con un contundente comunicado en las redes sociales. “Seguiremos expresando nuestro descontento en las gradas sin violencia. Por lo tanto, estaremos presentes, pero en silencio porque no se merecen algo mejor”, explicó el escrito de los Ultras dejando bien clara su postura con los futbolistas y el cuerpo técnico.
En el anuncio de las formaciones, tanto Neymar como Mauricio Pochettino fueron de los menos ovacionados por los presentes en el estadio. Sin embargo, el silencio no es comparable al trato que sufrieron tras la histórica caída 3-1 frente al Real Madrid en los octavos de final del principal torneo continental. El extremo brasileño, contra todo pronóstico, se ganó un tímido aplauso y ovación cuando abrió el marcador tras un remate de Kylian Mbappé.
Si bien la mayoría de los hinchas presentes cumplieron su palabra, el resto del Parque no fue inicialmente tan mesurado. Nada más anunciarse los equipos en las pantallas gigantes, los retratos de Neymar y Messi volvieron a ser recibidos por unos leves silbidos que caían desde las cabeceras. El discreto aplauso, cercano a la indiferencia, se reservó para los arqueros Denis Franchi, Alexandre Letellier y Gianluigi Donnarumma, que llegaron al calentamiento antes que el resto del plantel.
Una vez en el césped, diez minutos más tarde que los goleros, los jugadores de campo no tuvieron oportunidad de calibrar la recepción de la grada. Para enmascarar el poder de un posible enfado, el “We Will Rock You” de Queen que acompañaba la entrada de los parisinos al calentamiento cubrió las expresiones con un alto volumen en los altavoces, que sin duda se escuchó a kilómetros de distancia. En ese momento, sólo la bandera con la frase “Virage 1991 Auteuil” colocada boca abajo en la tribuna dejó claro que el público parisino seguía con descontento y enojo. En el saque inicial, todos entendieron que el partido se jugaría frente al silencio de la grada.
El único que se salvó al descontento del público en el inicio del duelo fue Kylian Mbappé. En cada uno de sus festejos de gol, la gente lo aplaudió de pie y lo ovacionó dejando claro que es el favorito de la grada. A dos meses de quedarse sin contrato, los fanáticos hacen su parte para intentar que el talentoso delantero decida quedarse un rato más con la camiseta del PSG y no seguir el camino de los rumores que lo vinculan con el Real Madrid.
*Messi hizo el cuarto del PSG y fue ovacionado
Los abucheos y silbidos se los llevó Sergio Ramos que ingresó en el minuto 71′ en lugar de Marquinhos: cada vez que tocaba la pelota, aplausos en forma de burla resonaban en el Parque de los Príncipes. Tanto Lionel Messi como Neymar dieron el primer paso hacia la reconciliación en las celebraciones de sus goles, cuando recibieron tímidas ovaciones que probablemente irán aumentando en cada partido que el PSG se acerque hacia un nuevo título de la Ligue 1. Para la Pulga hasta hubo un “Meeessi, Meeessi” que puede representar un nuevo comienzo.
EL COMUNICADO COMPLETO DE LOS ULTRAS
Hemos expuesto de forma clara y firme al club nuestra visión y nuestras reivindicaciones encaminadas a colocar finalmente no al marketing, sino al deporte en el centro del proyecto, que en particular pasa necesariamente por la perpetuación de la camiseta Hechter como fuerte símbolo de la identidad del club, temporada tras temporada.
Seguimos esperando acciones concretas que no vemos venir.
Por nuestra parte, fieles a nuestra línea de conducta, seguimos favoreciendo un diálogo constructivo y exigente, conscientes de que el club necesita un nuevo respiro que pase necesariamente por un nuevo organigrama.
A la espera de avances, seguiremos expresando nuestro descontento en las tribunas sin violencia.
Estaremos presentes, pero en silencio porque no se merecen nada mejor.
¡Vamos Paris!
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