El penal fallado del Pulga. Luego se reivindicó
Fue el clásico de La Plata con más goles de la historia: Gimnasia y Estudiantes igualaron 4-4 en el Bosque. Y Luis Miguel Rodríguez se transformó en el primer futbolista del Lobo en anotar un hattrick en el derbi. El tucumano fue el showman en el recital de fútbol que ambos equipos brindaron por la Liga Profesional, con definiciones exquisitas y un penal-revancha.
“Me voy con un sentimiento amargo, porque necesitábamos los tres puntos, el triunfo para romper la racha tan larga que tiene Estudiantes (11 partidos sin perder ante Gimnasia) y para estar adentro de la Copa Sudamericana. Ahora hay que esperar otros resultados y ganar en Patronato, estábamos con dos goles de ventaja, se hizo un gran esfuerzo, pero no pudimos llevarnos los tres puntos como queríamos”, dijo tras el partido el delantero, de 36 años, como si su faena hubiese sido en vano.
Pero, una vez más, el ídolo de Atlético Tucumán y Colón dio cátedra con su calidad. Y eso que comenzó el partido fallando un penal: fue a los 26 minutos, con el partido 1-0 en favor del Pincha a partir del tanto de Del Prete. El punta hizo su carrera salticada como es habitual, dio el pequeño brinco antes de shotear, pero su remate suave, sutil, fue adivinado por Mariano Andújar, quien se arrojó a su derecha.
El primer tanto del punta, con olfato goleador
No se amilanó. “Errar un penal es parte del juego, cuando lo errás te dicen ‘tenés que pegarle fuerte’. Son circunstancias”, describió. A los 31′ firmó el 1-1 parcial, capturando un rebote. Y a los 34′ sacó a relucir todo su talento, definiendo con el revés del pie, como si el estadio Juan Carmelo Zerillo se hubiese convertido momentáneamente en una cancha de baby fútbol.
Hubo más del Pulga. Con el score 3-2 (en el medio surgió el teledirigido de Bahian Alemán que superó la estirada de Andújar), se hizo cargo de un nuevo penal. Y cambió lo que marca su manual. No hubo toque de distinción: sacó un tiro furioso y alto, que no dejó dudas.
La perla del tucumano para rubricar el 2-1 parcial
El 4-4 le quitó brillo a su actuación. “Nos costó marcarlo”, aceptó Andújar tras el clásico. “Estudiantes nos complicó con pelotas largas, pelotazos, les quedaron rebotes ahí de pelota parada y nos terminaron amargando una tarde que venía muy linda”, se lamentó el oriundo de Simoca.
Otro detalle estadístico de su partido: le permitió a Gimnasia volver a gritar en un derbi luego de tres años de sequía. Así y todo, hasta dudó de llevarse la pelota, siguiendo la costumbre de los autores de un triplete, por el fastidio por el empate. Pero al final aceptó el souvenir: “Pido la pelota para Bauti y para Milo, mis hijos”.
El remate furioso para el 4-2, a modo de revancha
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