La espectacular largada de Verstappen en el segundo relanzamiento en Yeda
Max Verstappen volvió a hacer de las suyas y se lució en una de largadas del Gran Premio de Arabia Saudita de Fórmula 1 donde saltó del tercer puesto a la punta de la carrera cuando llegó a la primera curva. Fue espectacular porque superó a Esteban Ocon (Alpine) y Lewis Hamilton (Mercedes) y en ese momento comenzó a elevarse la temperatura en el circuito callejero de Yeda.
Antes de la segunda neutralización por el accidente de Nikita Mazepin (Haas), Verstappen había quedado primero luego de superar a Hamilton, pero lo hizo en una zona externa de la pista donde están prohibidos los adelantamientos. Por eso los comisarios deportivos le indicaron que debía cederle la posición al inglés y a Esteban Ocon (Alpine), que en esa maniobra, quedó como líder temporal de la carrera.
Cuando las autoridades informaron a los pilotos que la competencia se iba a relanzar los autos se ubicaron en la grilla de partida. Max largó tercero desde el sector opuesto y cuando los cinco semáforos rojos se apagaron se movió hacia la izquierda porque vio el hueco que dejó Hamilton. Llegó a la par del inglés al que superó.
Mientras que Ocón dobló por la zona externa, se mantuvo adelante, pero en los siguientes metros fue otra víctima de Verstappen que de esa forma se puso primero. Ahí puede decirse que comenzó otra carrera. Ya no hubo banderas rojas y solo una neutralización con el auto de seguridad virtual hizo que los pilotos levanten la velocidad. Fue para retirar el resto de uno de los autos que se dañó contra los muros.
Pero lo demostrado por Verstappen este domingo no debe sorprender ya que el joven de 24 años suele tener ese tipo de arranques y lo demostró este año en la largada en México donde también saltó del tercer lugar al primero, en una maniobra donde tuvo más margen por la larga recta principal del Autódromo Hermanos Rodríguez donde por afuera dio cuenta de los Mercedes.
Verstappen tiene un estilo a lo Gilles Villeneuve a la hora de largar. Cuenta con una visión que le permite ver el hueco y meterse a fondo, claro que para eso necesita de un buen medio mecánico como lo es el Red Bull RB 16B, el mejor auto que tiene el neerlandés desde que debutó en la Máxima en 2015 y que le permite estar a una carrera de ser campeón mundial.
Otro punto es que advierte rápido cuando los dos que tiene adelante (como este caso) se pelean por el primer puesto. Esto genera un leve retraso en ellos que al llegar a la primera curva, permite que el viene tercero (o más atrás) pueda dar el golpe. Claro que para eso el corredor debe tener la plena convicción de la maniobra porque una duda puede terminar en un toque.
Hace 40 años, Villeneuve con la típica aceleración de abajo del motor Ferrari, hizo estragos partiendo desde el sexto puesto y llegando a quedar primero como pasó en el Gran Premio de Austria de 1979 o en el Gran Premio de los Estados Unidos de la Costa Oeste de 1981 donde hizo una largada espectacular y desde el quinto puesto llegó como líder a la primera curva, pero luego se pasó con la 126 CK, el conocido modelo de la Ferrari-Turbo.
Estas acciones en pista genera una fiebre en el público que va más allá de los resultados. El recordado canadiense, padre de Jacques Villeneuve, campeón mundial en 1997, ganó solo seis carreras y es uno de los máximos ídolos del automovilismo. Verstappen tiene el plus de que el título está a la vuelta de la esquina. Si no es este año, será en otro.
Esos matices convierten a Verstappen en un piloto con mucho potencial que cada vez que tiene el “auto” (como se dice en la jerga del automovilismo), concreta esa clase de maniobras que suele hacer delirar al público. Gane o no el título, es un rival que hizo méritos para sentarse en la discusión ante Hamilton.
Ambos quedaron empatados en puntos en la cima del campeonato con 369,5 unidades, pero el neerlandés está arriba del inglés por tener un victoria más, 9 contra 8. La cuenta es muy fácil para la última fecha el próximo fin de semana: el que gane será campeón o si ambos no suman, Verstappen festejará porque el desempate de triunfos lo favorece.
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