* Ruggeri reveló la charla que tuvo con Passarella tras el descenso de River
Daniel Passarella y Oscar Ruggeri tuvieron una especie de traspaso de mando en la selección argentina. El Kaiser, líder defensivo del campeón de 1978, se constituyó en un guía para el Cabezón cuando irrumpió en el equipo nacional. Aquellos tiempos con la Albiceleste y algunos tantos otros duelos en contra en el fútbol local les permitieron forjar una relación de confianza que tras el descenso de River Plate tuvo un último capítulo.
El actual panelista de ESPN elogió las bondades de Passarella como futbolista y entrenador, pero también revivió cuál fue el último encuentro que mantuvieron por casualidad en Uruguay. “Lo vi una vez que estábamos en Carmelo. Estoy caminando por Carmelo y veo un tipo sentado abajo de un árbol solo. Yo miraba y digo: ‘¡Es Passarella!’. No, pero qué va a hacer el tipo sentado solo abajo de un árbol en Carmelo. Me fui acercando y le digo ¿qué haces?. ‘¿Qué haces Cabezón?’. Me senté y empezamos a charlar. Estuvimos horas”, dijo sobre el contexto en que se desarrolló ese diálogo.
“Ya le había pasado lo de River. Entonces me senté porque tenía confianza yo. Habíamos jugado miles de veces en contra y en el mismo equipo en la Selección. Le dije: ‘Te equivocaste. ¿Sabés qué es lo que te pasa a vos? Fuiste muy grande como jugador y el ego que te agarró no te dejó ver que cuando uno llega a presidente de semejantes clubes como estos, no se puede solo. Como vos siempre fuiste el abanderado’. La Selección de Menotti era Passarella. ¿Qué hablábamos de la Selección de Menotti? El primero que decíamos era Passarella. El gran capitán”, afirmó.
El Kaiser, de 68 años, tomó el mando de la presidencia de River a fines del 2009 y mediados del 2011 el equipo perdió la categoría por primera vez en su historia. “Entonces le digo: ‘A estos lugares cuando se llega de esta manera, hay que dejarse ayudar, no podes solo, es muy groso para que vos solo hagas como hiciste en la cancha, no se puede porque es amplio. Abarca muchas cosas’. Me parece que le pasó por ahí”.
En diciembre del 2013 ya no se presentó a los comicios y a partir de esa elección comenzó las gestión de Rodolfo D’Onofrio. Ruggeri revivió ese diálogo posterior al 2013 y aseguró que Passarella le dio una respuesta a su análisis: “Él me dijo ‘sí, no lo vi’. A veces estos tipos tan grandes, le pasaba a Diego, que no veían estas cosas pequeñas que por ahí vemos los que estamos pisando la tierra. O si la ven, como siempre fueron para adelante, si no lo solucionaban se lo solucionaban. Siempre les abrieron los caminos a estos tipos grosos. Es la realidad. Ojo, después adentro en la concentración era el peor hijo de p... de todos. ¡Te tenías que andar cuidando! No era el tipo que se encerraba y vos no lo veías, era el peor de todos”.
El ex futbolista de Boca Juniors, River Plate y Real Madrid entre otros clubes también revivió la etapa del Kaiser dentro del campo de juego con muchos elogios: “A Passarella lo tengo ahí arriba. Fue superior a mí, claro. Jugué con él y en contra. Él manejaba mejor la pelota, teníamos personalidades parecidas. De aire yo era mejor, porque a él defensivamente le costaba más. Atacando era tremendo, defensivamente no. Después penales, tiro libres, él lo hizo perfecto. Salía jugando, estaba bien ubicado y era muy malo, era malo de verdad”.
También repasó los picantes cruces que mantuvo con Vicente Pernía: “He escuchado yo charlas, jugando para Boca, mamita... Decían quién marca a Passarella en las pelotas paradas, que era el tema. Yo tenía 18 años, el único que saltaba era Pernía. ‘Yo, no se meta nadie ahí'. Le encantaba a Pernía, se le salían las venas. ‘Ese es mío’. El otro igual eh. Diez días antes se hablaba de Passarella-Pernía, lo que iban a ser las pelotas paradas. El árbitro se iba para el otro lado. Piñazos y codazos he visto en esos choques. Mirábamos a esos dos, no mirábamos la pelota”.
Al mismo tiempo, aseguró que todos lo “respetaban mucho” y afirmó: “Te digo algo, en el ‘83 que empezamos a formarnos, si hacías una encuesta, ponían a Passarella de capitán. Tremenda personalidad, para tenerlo en tu equipo eh. Se plantaba y había que ir a pelear eh, no te salvaba nadie. Se peleaba afuera. Tenías que pelear”.
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