El momento cúlmine de la alfombra roja: Messi arriba a la gala
Ni Tom Holland, el actor de la última saga de Spider Man, ni su colega Zendaya, ni Lewandowski y su pareja, o el clan Mbappé. El protagonismo de la alfombra roja en las afueras del Teatro del Châtelet de París, donde se entregó el Balón de Oro, se lo robaron Lionel Messi y su familia. El delantero argentino de 34 años, fue uno de los últimos en llegar a la gala: bajó de una limousine junto a su esposa Antonela Roccuzzo y sus tres pequeños hijos: Thiago, Mateo y Ciro.
Más allá del glamoroso outfit de la empresaria, el detalle que se llevó todos los flashes fue el look de los herederos: vestidos igual que su papá, con un traje brilloso, camisa blanca y oño negro; un canto a la ternura. La única diferencia con su progenitor: los niños lucieron zapatillas blancas, mientras que la Pulga usó zapatos negros.
El desembarco del atacante del PSG fue el que más revuelo causó entre el público que se acercó para ver de cerca a las figuras. De hecho, apenas advirtieron que se trataba del argentino, los fanáticos entonaron el clásico “Meeessi, Meeessi”. Mientras centelleaban los flashes y Leo y compañía avanzaban por la alfombra, un impactante operativo de seguridad los rodeaba. De hecho, la pasión que genera el rosarino provocó que una de las vallas que contenían a los aficionados cedieran y algunos intentaran acercársele, lo que fue impedido por los citados agentes.
En medio de tanta efervescencia, el campeón de América con la selección argentina saludó amablemente con la mano a quienes le gritaban, se tomó las fotos de rigor y, cuando le acercaron el micrófono, no emitió opinión previa, tal vez esperando a la resolución de la gala, y con experiencia en el rubro, acumulada a partir de los seis Balones de Oro que ostentaba hasta la obtención del séptimo, puja en la que se impuso ante Robert Lewandowski.
Instantes después, los premios llegaron en la cajuela de un auto: dos pilotos de Fórmula 1 los sacaron de allí y los ingresaron al teatro: Esteban Ocon y Fernando Alonso. La aparición de los premios sumergió a los 2500 presentes en el clima de la entrega del galardón.
Ya en plena ceremonia, Messi también quedó en el centro de la escena por su recuerdo sobre Maradona, en los homenajes a Diego y a Gerd Müller (en su caso, quien le puso voz a la memoria fue Lewandowski). “Me enteré por mi papá, no lo podía creer, fue terrible”, dijo. “Para los argentinos, fue lo máximo”, agregó. En las imágenes, usó un look más casual, con un buzo azul, un Messi más de entre casa, lejos del brillo del impactante traje que replicaron sus hijos en la gala.
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