Llegó el momento. Lionel Messi arrancó una nueva etapa en su carrera, ahora con el París Saint-Germain (PSG) después de haber culminado su ciclo en el Barcelona. Este domingo, en la victoria contra el Reims, el delantero fue suplente por decisión del cuerpo técnico de Mauricio Pochettino y en el minuto 65 saltó al campo de juego para comenzar a escribir una nueva historia.
Para ese instante el equipo parisino ya ganaba 2-0 por los dos tantos de Kylian Mabppé y en el momento de las modificaciones se vivió un momento confuso. El argentino, junto con Ander Herrera estaban listo para entrar en lugar de Neymar y de Georginio Wijnaldum, pero el árbitro no permitió la realización de los cambios y hubo incertidumbre en la cancha.
Es que los dos futbolistas que iban a salir se acercaron a la línea de cal, pero el juez dio la orden de que el juego se reanudara antes de que se concretaran las modificaciones. Afortunadamente para el PSG, el cuadro local no pudo aprovechar el desorden y ese ataque no generó ningún peligro contra el arco de Keylor Navas.
Una vez que la pelota se marchó de los límites de juego, el referee dio la orden y sucedió lo que todos esperaban. Con la número 30 en la espalda, Messi se abrazó con Neymar y ante la lluvia de aplausos y la ovación del público, entró a la cancha para sumar sus primeros minutos como futbolista del PSG.
Según trascendió, Neymar le ofreció a su amigo usar la dorsal 10, pero el rosarino de 34 años la rechazó y optó por lucir el 30 (destinado a porteros o jugadores que son parte del equipo filial que tiene un club de la primera en Francia). La Pulga definió vestirse con un número muy especial para él, ya que fue el primero que utilizó cuando el neerlandés Frank Rijkaard lo subió al plantel profesional del Barcelona para la temporada 2004-2005, su primera en la máxima categoría del fútbol español.
El debut del argentino se hizo esperar ya que el cuerpo técnico decidió cuidarlo en las primeras jornadas ya que el delantero venía de disfrutar unas extendidas vacaciones con su familia. Después de tanta demora y especulaciones, este domingo ante el Reims La Pulga se puso la casaca del cuadro galo y sumó algunos minutos junto a sus nuevos compañeros. Aunque, los fans se quedaron con las ganas de verlo junto al brasileño, con quien conformó una gran sociedad en el Barcelona.
El último partido oficial de Messi fue el pasado 11 de julio, cuando la selección argentina derrotó 1-0 a Brasil en el estadio Maracaná en la final de la Copa América. Tras eso, se tomó vacaciones por Rosario, Miami, República Dominicana e Ibiza. Cuando parecía que iba a renovar su vínculo con el Barcelona, el inconveniente por el tope salarial impuesto por La Liga llevó al club catalán a tomar la decisión de prescindir de sus servicios y entonces se mudó a París.
Tras este encuentro, el rosarino, junto a sus compañeros Di María y Leandro Paredes, se subirá a un avión para viajar rumbo a Sudamérica y sumarse a los entrenamientos de Lionel Scaloni para los compromisos por Eliminatorias de la selección argentina. El combinado albiceleste jugará el jueves ante Venezuela, el domingo 5 visitará a Brasil y el jueves 9 recibirá a Bolivia.
La próximo presentación del PSG será en el Parque de los Príncipes ante el Clermont el domingo 12 de septiembre. De no haber inconvenientes, La Pulga sería titular en ese encuentro. Sin embargo, todas las luces estarán puestas en el primer duelo de la Champions League contra el Brujas en Bélgica el 15 de septiembre pro la primera fecha del Grupo A en el que también están el Manchester City y el RB Leipzig, una de las grandes sorpresas de los últimos años del fútbol alemán.
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