El tenso final en Tucumán
Atlético Tucumán y Vélez habían igualado 0-0 en el Monumental José Fierro, por la cuarta fecha de la Liga Profesional. En el contexto de un partido parejo (más allá de que el Fortín manejó un poco mejor la pelota en el segundo tiempo), los futbolistas se saludaban, mientras otros se acercaban a dialogar con el árbitro Andrés Merlos. Ricardo Centurión, quien había ingresado en el segundo tiempo, lo miró a distancia y le dijo algo, que la cámara de la transmisión no logró captar. Inmediatamente se dio vuelta y enfiló hacia el túnel. Pero el juez no lo perdonó. Trotó hacia su ubicación y le mostró la tarjeta roja. Sí, con el cotejo terminado, otro desliz en la carrera del “Wachiturro”.
Enseguida, el plantel visitante se arremolinó alrededor de Merlos para pedirle explicaciones. Pero el arquero Lucas Hoyos y hasta Ramiro Carrera, integrante del plantel local, buscaron calmar al ex Boca y Racing, que intentó increpar al árbitro, lo señalaba y le seguía gritando. Finalmente, lograron apartarlo de la escena. Lautaro Gianetti salió en defensa del mediocampista. Le dijo a la autoridad “Lo seguiste todo el partido”.
El enojo continuó hasta en el túnel, donde los futbolistas velezanos siguieron dialogando con Merlos, quien, según el periodista en campo de juego, argumentó “tuve que responder a una agresión, qué querían que hiciera si me insultó”.
Mauricio Pellegrino hizo ingresar a Centurión a 14 minutos del epílogo por Lucas Janson, con la intención de ganar en profundidad y darle un socio a Luca Orellano, de buena participación. Pero Centu sólo logró tocar 11 veces el balón, con precisión dispar. Y no pesó.
Hace menos de una semana, Ricky había protagonizado otro hecho poco feliz. En la igualdad 0-0 ante Defensa y Justicia fue Janson en el que reemplazó. En ese momento, el volante de creación se mostró molesto por la decisión del entrenador. Primero se dirigió al banco de suplentes con gesto adusto, pero luego se sentó en una de las butacas de la platea baja del José Amalfitani, sector que fue habilitado por el protocolo sanitario para que haya distancia entre los jugadores e integrantes del cuerpo técnico.
Una vez allí, Centurión siguió con su fastidio y cuando le alcanzaron un buzó que lo revoleó otra vez hacia el banco de suplentes.
Ahora, forzó la tarjeta roja con el partido terminado. Y la sanción del Tribunal de Disciplina para un jugador expulsado por insulto, en general, es de dos fechas de suspensión. Por ende, se perdería un duelo especial para él: el del 14 de agosto en el Monumental, ante River Plate.
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