“Nos vamos todos o no se va ninguno”, vociferó Russo
Luego del partido de vuelta por los octavos de final entre Atlético Mineiro y Boca donde el Xeneize quedó eliminado por penales tras otra polémica actuación del VAR, se produjeron incidentes en las instalaciones del Estadio Mineirao, que fueron protagonizados por integrantes de la delegación visitante, la Policía y dirigentes del Galo.
Hubo nueve personas del conjunto azul y oro que fueron imputadas por la gresca y el vuelo pactado para las 2 de la mañana del miércoles tuvo que ser reprogramado para las 15. El plantel pasó la noche en Brasil a bordo de micros, en la puerta de una comisaría, en donde se están labrando actas y otros trámites vinculados a la pelea registrada en el estadio.
Las personas que habrían sido identificadas por las autoridades locales en la gresca son dos integrantes del Consejo de Fútbol, Raúl Cascini y Jorge Bermúdez, los jugadores Carlos Izquierdoz, Javier García, Sebastián Villa, Carlos Zambrano, Marcos Rojo, el ayudante de campo Leandro Somoza y el entrenador de arqueros Fernando Gayoso. Algunos de ellos fueron citados a declarar y deberán pagar una fianza de 9 mil reales para poder regresar a la Argentina.
Una vez finalizadas las actuaciones, el grupo regresará al hotel para recoger el equipaje y emprender el retorno a la Argentina. “Pasamos la noche en los micros, estamos casi sin batería en los celulares y en una situación de incertidumbre total. El abogado del club está trabajando para resolver la cuestión legal lo más rápido posible, pero tenemos la sensación de que del otro lado ocurre lo contrario: hacen todo lo posible para que esto sea interminable”, explicó a Infobae uno de los directivos que se encuentra en uno de los micros junto al plantel.
La Embajada Argentina en Brasil se puso a disposición del club xeneize y trabaja para destrabar el conflicto y acelerar los trámites.
“Nos vamos todos o ninguno”
Una vez finalizado el partido, cuando la Policía quería detener a algunos integrantes del plantel en el estadio, el DT de Boca, Miguel Ángel Russo, bajó una directiva clara: “Nos vamos todos o ninguno”. Por ese motivo, el grupo completo se dirigió en dos micros a la comisaría hasta que se resuelva la situación judicial de las personas imputadas.
Según pudo confirmar Infobae, el embajador Daniel Scioli intervino para asistir a los integrantes del equipo de Boca, el cuerpo técnico y los dirigentes, ante la posibilidad de que algunos de ellos quedaran demorados.
Lo sucedido en Brasil puso a Boca y a las autoridades sanitarias argentinas ante un dilema. ¿Se rompió la burbuja y los futbolistas deberán aislarse 10 días cuando regresen a Buenos Aires? “Claramente es una situación extraordinaria y no se siguieron todos los mecanismos. Cuando evaluemos la situación vamos a tomar una decisión”, explicó la ministra de salud argentina Carla Vizzotti en Radio la Red. “Ellos han tenido contacto por fuera de lo estipulado, pero hay que evaluar exactamente cómo ha sido el traslado, la situación y todo eso”, agregó.
Los incidentes
Durante el partido, la delegación Xeneize, enardecida por el gol anulado a Marcelo Weigandt a instancias del VAR, ya había tenido roces con los agentes de seguridad y con Sergio Coelho, presidente del elenco rival, al que en medio del caos posterior se lo ve arrojando botellas.
Cascini y Marcelo “Chelo” Delgado, integrantes del Consejo del Fútbol, fueron al vestuario de los árbitros y discutieron con las autoridades. Comenzó como una protesta airada, pero fue levantando la temperatura. En el medio del ida y vuelta aparecieron el propio Russo y su ayudante, Leandro Somoza.
Un empleado de seguridad, identificado con una pechera con el N° 145, pareció decirle algo que sacó de eje al ex mediocampista, que arremetió contra él y todo lo que se puso por delante suyo. El tumulto terminó en un escándalo. ¿Se burló? La pelea terminó con Villa lanzando un dispenser y una valla, Bermúdez a los insultos e Izquierdoz y Marcos Rojo a las trompadas.
El plantel, que fue reprimido con gases lacrimógenos, regresó al campo de juego.
“El video del presidente (del Mineiro) no es nada lindo, pero los muchachos me comentaron que la persona de seguridad con la que terminan a los empujones no tenía nada que hacer y empezó a insultarlos y empujarlos. Y la imagen del presidente de ellos, qué va a ser... Que no les extrañe que quieran dejar detenidos a los de Boca y con la gente de Brasil no pase nada”, arremetió el vicepresidente de Boca, Juan Román Riquelme en TyC Sports.
La jugada de la polémica sucedió a los 16 minutos del segundo tiempo. Un centro frontal provocó un rechazo defectuoso del arquero. La pelota le quedó al Chelo Weigandt, quien abrió el marcador con un remate potente.
Mineiro protestó una supuesta falta previa del lateral, que no existió. Pero el árbitro Esteban Ostojich demoró en reanudar porque la tecnología estaba revisando la acción. El VAR llamó al uruguayo a la pantalla y terminó anulando la conquista. ¿Por qué? Porque entendió que Diego González, en un discutidísimo offside, intentó intervenir antes de la salida del guardameta. Russo, sacado, protestó airadamente, todo el banco se fue encima de la terna arbitral. Incluso, en el momento de la revisión, hubo un par de refriegas.
Ya en la ida, a Boca le invalidaron el tanto al propio Pulpo González, quien le ganó a su marcador y anticipó al arquero para poner, de cabeza, el 1-0 parcial. Luego de varios minutos de incertidumbre, el conjunto brasileño reclamó una falta de Norberto Briasco a Nathan Silva en la jugada previa al gol del Pulpo. El juez colombiano Andrés Rojas fue a revisar lo sucedido y terminó anulando el tanto del Xeneize a instancia del VAR, que estuvo comandado por el juez paraguayo Derlis López. Ambos resultaron suspendidos por tiempo indeterminado.
El encuentro de vuelta también tuvo polémica, pero con el agravante de los incidentes que se dieron luego del partido. Fue un martes muy duro para Boca ya que fue eliminado del principal torneo de Sudamérica y no podrá cumplir con el objetivo principal, aunque su atenuante es el contexto controversial.
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