Hubo un tiempo, sobre todo a principios de 2020 y años antes, en el que pensar en Sergio Pérez como piloto de Red Bull Racing no solo era utópico sino incluso incongruente. Ahora, tras seis meses como miembro de la organización, el mexicano parece un elemento ideal para la poderosa escuadra austriaca, sostuvo el experto de ESPN José Antonio Cortés.
En un análisis publicado este martes en el sitio web de la cadena, Cortés enumeró las virtudes que encontró Red Bull en el mexicano.
Red Bull había establecido un estándar de trabajo con volantes graduados de su academia. Pero llegó el momento de escoger al mejor piloto disponible ante la imposibilidad de asentar un “canterano” que consiguiera andar, si no al mismo tiempo, no muy lejos de Max Verstappen, que es un auténtico triturador de compañeros, explicó Cortés.
Así llegó “Checo” Pérez, quien, contra todo pronóstico, ha encontrado y aplicado suficiente inteligencia emocional para empatizar con Red Bull, Verstappen, Christian Horner y Helmut Marko.
Aquí están los puntos por los que creemos que Sergio “Checo” Pérez cayó de pie en Red Bull, después de que Racing Point lo dejara, metafóricamente hablando, desde un helicóptero.
Trabajo
Desde el primer día, incluso antes, de ser nombrado piloto de Red Bull, se empezó a aplicar “Checo” en la fábrica de Milton Keynes. Han pasado seis meses y seis Grandes Premios en los que ponerse al día con un equipo tan aceitado no fue fácil. No hay queja sobre la entrega del mexicano.
Cercanía
Hasta 2020, “Checo” dividía su residencia casi a partes iguales entre Europa y Guadalajara, pero era muy común verlo regresar a la perla tapatía después de cada Gran Premio para recargar pilas con su familia.
Ahora, su esposa e hijos pequeños residen en Madrid y el mexicano no sale de Europa. Así que está a una hora de la fábrica y se concentra en volver a ella para trabajar muy cerca de sus ingenieros y mecánicos.
Pero no es solo la cercanía física. “Checo” ha simpatizado con Horner, Marko, Verstappen e incluso con Adrian Newey. Aunque todavía es muy pronto para hablar de amistad, se vislumbraron chispas y destellos entre Pérez y su compañero de equipo Verstappen, que ha sido todo lo contrario.
Horner siempre creyó en el mexicano. Marko, poco a poco cae en los “brazos” de Pérez y Newey es una jugosa fuente de conocimiento que el mexicano acerca para saciar su curiosidad.
Humildad
Llegar a un equipo como nuevo piloto y darse cuenta de que el compañero del otro coche consigue hacer los mejores tiempos con la misma máquina que apenas conocerás, no es fácil, pero tener la humildad de decir “no voy mover un ápice a la puesta a punto de Max y adaptaré mi manejo (totalmente diferente) a ese coche “es algo que nunca se ve en la Fórmula 1.
“Checo” Pérez no solo lo intentó sino que está casi totalmente adaptado a un coche muy físico, con alto rastrillo y con nueva normativa. Reapareció, borró todo lo que aplicó siete años en su paso por Force India-Racing Point para no caer en la tontería de querer tener su propia puesta a punto en la RB16B.
Humildad para preguntarle a su primer rival, Max, cómo mejorar y qué camino tomar.
Aporte técnico
El respeto de Verstappen no ha sido gratuito. La contribución técnica, el manejo de los neumáticos, el tratamiento del coche y el combustible han sido cuestiones en las que Red Bull carecía de un especialista.
Max, escucha a “Checo” y aprende de él.
Madurez
No celebre el triunfo como alguien que desafía al co-equipo. No para sembrar un ambiente de competición con un enfoque personal, sino un enfoque total del equipo, con prioridad en los objetivos de Red Bull y luego en los propios.
Ese es el camino hacia la renovación automática.
Velocidad
Un piloto en su undécima temporada y que no sacrifica velocidad para buscar eficiencia.
En Bakú quedó claro que “Checo” puede ser el más rápido de los entrenamientos, que es capaz de adelantar limpiamente al inicio, dar una vuelta rápida para adelantar a Lewis Hamilton en boxes y luego aguantar 35 vueltas.
“Checo” no es solo un administrador de neumáticos, en primer lugar, es un piloto muy rápido a una vuelta y en ritmo de carrera.
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